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miércoles, 13 de diciembre de 2017

Chasing Excellence - Capítulo 6 Maximizar los minutos


CAPITULO 6
MAXIMIZAR LOS MINUTOS
EL AHORA ES TODO LO QUE TIENES.
CUANDO LO VIVES COMPLETAMENTE, ES MÁS QUE SUFICIENTE.
-      RALPH MARSTON

VIERNES, 22 DE JULIO DE 2016
STUBHUB CENTER, CARSON, CALIFORNIA.

El día 3 de competencia aún no termina. Aún queda un evento, el cual tendrá lugar bajo las luces del estadio de tenis durante la noche de hoy. Las luces del viernes por la noche es una tradición venerada en los CrossFit Games. Los fans la disfrutan tremendamente – es por lo que han venido – pero nadie ama más las luces del viernes por la noche que los competidores. Katrín dijo alguna vez – “el estadio de tenis es donde la magia ocurre”. Ella no se equivoca; el estadio de tenis del StubHub Center tiene una energía mágica. Aunque tiene asientos para 10 mil personas, se siente extraordinariamente íntimo, como si las 10 mil personas estuvieran en la cancha a un lado de ti. Los atletas de los Games se crecen ante este ambiente; sienten como si fueran gladiadores en el Coliseo. Cole, quien jugo en la primera división de futbol frente a cientos de miles de aficionados, dice que es el ambiente más electrizante en el que ha estado.

Alrededor de las 3:00 pm Dave convoca a los atletas a la cancha del aún vacío estadio de tenis para revelar el evento de esta noche. Nos recuerda que el año pasado, se les permitió a los fans decidir el evento del viernes por la noche. Podían escoger entre dos variaciones de una rutina de referencia de los CrossFit Games, conocida como DT (triple pesos muertos, hang power clean, y push jerks): una versión más pesada (205 libras para hombres y 145 libras para mujeres, en vez del acostumbrado 155 y 105 libras) o una versión mucho más larga (10 rondas en vez de 5). Los fans votaron por el Heavy DT.

Dave dice que, al elegir el Heavy DT en 2015, los aficionados sin saberlo bloquearon el Double DT para 2016. Katrín que permanece junto a Cole se emociona y mueve de los hombros alegremente a Cole, cuando Dave anuncia esto. Esto no pasa desapercibido por Sevan Matossian, el documentarista. Él se encuentra con nosotros en el área de calentamiento después de las instrucciones del evento y nos pregunta sobre ello. “¿Es algo que han practicado mucho?” Katrín reacciona tímidamente, pero yo le contesto con la verdad – hace dos semanas practicamos “Murph” seguido de “Double DT”. Katrín se ríe y me mira como si yo fuera un brujo.

No soy un brujo. Los CrossFit Games son completamente desconocidos, sí, y es imposible adivinar los detalles específicos de los eventos. Pero la prueba en sí misma es bien comprendida, así que es posible utilizar información para predecir, con cierto grado de precisión, el tipo de cosas con las que posiblemente nos encontremos. Con la finalidad de encontrar al atleta con mejor condición física del planeta, tendrás que probar ciertos aspectos. Tendrás que saber que tan rápido es alguien en un corto período de tiempo, como una carrera a máxima velocidad. Tendrás que saber que tan fuerte es alguien, así que tendrás que poner pesos elevados. Tendrás que saber quién tiene más resistencia – así que tendrás que poner carreras, triatlones, y así. Tendrás que probar la capacidad de trabajo a largo, medio y corto plazo con varios movimientos.

Murph es una larga rutina con el peso del cuerpo. Para equilibrarlo necesitas poner una rutina con movimiento de la barra en corto tiempo. Y desde que el Double DT se dejó sobre la mesa el año pasado, no fue difícil asumir que tal vez se presentaría este año. No era algo seguro, pero lo practicamos y planteamos una estrategia para ello.

EVENTO 7
DOUBLE DT
10 rondas de:
12 Deadlifts (155 lb hombres y 105 lb mujeres)
9 Hang Power Cleans (155 lb hombres y 105 lb mujeres)
6 Push Jerks (155 lb hombres y 105 lb mujeres)

Cuando el sol comienza a ocultarse, Katrín y yo platicamos sobre nuestro plan de juego en el área de calentamiento. Le digo, “la idea no es quemarte, sólo se inteligente, se una atleta madura”. Katrín, quien puede realizar un ciclo con la barra con un peso moderado tan bien como cualquier otro atleta en este deporte, dice, “brazos rápidos, pero calmada y relajada, mostrarme fuerte, mostrarme inteligente”. Yo asiento.

El control de atletas empieza a reunir a las mujeres para realizar el registro de los heats, le doy un abrazo a Kat, y luego O’Keefe y yo nos dirigimos a nuestros asientos en el estadio de tenis. Como espectador no hay nada mejor que las luces del viernes por la noche en los CrossFit Games. El aire está lleno de murmullos y de los fans saltando en sus asientos, apresurándose a instalarse; no se quieren perder ni un minuto de lo que está a punto de ocurrir.

La voz al micrófono retumba, y el heat con las mujeres mejor calificadas bajan por las escaleras entre voces de apoyo. Toman sus lugares en los tapetes de salida y esperan por la señal de inicio.

Después de un minuto, yo sabía que Katrín ganaría este evento. Las otras mujeres se abalanzan desde la primera ronda, y Katrín las deja que se vayan. Ella empieza a mover la barra metódicamente, completamente inconsciente de las otras mujeres, del público y del locutor. En la quinta ronda, empieza a rebasar competidoras. Pasa a una chica, luego a otra. Alcanza a las líderes en la ronda siete, y en la ronda ocho ella está al frente. Todo es idéntico a la primera ronda – sus movimientos, su expresión facial, la estrategia son exactamente los mismos en la ronda nueve que en la ronda uno. Prácticamente todas están fallando rondas y tomando pausas largas, pero Katrín solo está siguiendo su ritmo; sus hang power cleans que lucían lentos en las primeras cinco rondas, ahora lucen terriblemente rápidos. Ella salta sobre la plataforma final 20 segundos antes que el segundo lugar Brooke Wells.

Más tarde, el comentarista Sean Woodland observa, “Katrín probablemente no sea la atleta más talentosa en la cancha, pero lo que tiene entre sus oídos hizo la diferencia”. Su comentario fue acertado: el trabajo duro es increíblemente importante – puedes llegar al nivel élite con él. Pero una vez que estás ahí, el trabajo duro no es suficiente. Para seguir creciendo, necesitas trabajar de una forma más inteligente, más eficiente, más estratégica. Malcolm Gladwell alude a este concepto en su libro Outliers. Gladwell hizo un compendio de casos a los que llama “la regla de las 10,000 horas” – lo cual quiere decir, que necesitas 10,000 horas de práctica para convertirte en un experto de clase mundial en algo.

La regla de las 10,000 horas de Gladwell está basada en un estudio realizado por el psicólogo K. Anders Ericsson en los 1990s en la Academia de Música élite de Berlín:

Con la ayuda de los profesores de la academia, dividieron a los violinistas de la escuela en tres grupos. En el primer grupo estaban las estrellas, los estudiantes con el potencial de convertirse en solistas de clase mundial. En el segundo grupo estaban aquellos que eran considerados relativamente buenos. En el tercer grupo estaban los estudiantes que era poco probable que tocaran profesionalmente, y quienes aspiraban a ser maestros de música el sistema de escuelas públicas. Después a todos los violinistas se les hizo la misma pregunta: a lo largo de tu carrera entera, desde que tomaste el violín por primera vez, ¿cuántas horas has practicado?

Todos los violinistas de los tres grupos empezaron a tocar más o menos a la misma edad, alrededor de los 5 años. En aquellos primeros años, todos practicaban más o menos la misma cantidad, alrededor de 2 o 3 horas a la semana. Pero cuando los estudiantes estaban más o menos a la edad de 8 años, empezaron a emerger las verdaderas diferencias. Los estudiantes que eran los mejores en sus clases empezaron a practicar más: seis horas a la semana a los 9 años, ocho horas a los 12 años, 16 horas a la semana a los 14 años, y más y más hasta la edad de los veinte años cuando practicaban alrededor de 30 horas a la semana. De hecho, a la edad de veinte, los ejecutantes élite habían completado 10,000 horas de práctica. Por el contrario, los estudiantes relativamente buenos habían completado 8,000 horas y los futuros maestros de música habían completado apenas 4,000 horas.

Ericcson y sus colegas después compararon a los pianistas amateur con los pianistas profesionales. Y se presentó el mismo patrón. Los amateurs no practicaron más de 3 horas a la semana a lo largo de su infancia, así que a los veinte años había completado 2,000 horas de práctica. Por otro lado, los profesionales, incrementaron su tiempo de práctica año tras año, hasta que a la edad de veinte años, como los violinistas, habían alcanzado las 10,000 horas de práctica.

El neurólogo Daniel Levitin, escribe, “la fotografía que surge de esos estudios es que se requieren diez mil horas de práctica para alcanzar el nivel de maestría asociado a un experto de clase mundial – en cualquier cosa. Estudio tras estudio, de compositores, jugadores de básquetbol, escritores de ficción, patinadores de hielo, pianistas, jugadores de ajedrez, criminales, y lo que se te ocurra, este número aparecía una y otra vez. Por supuesto, esto no menciona porque unas personas tenían más sesiones de práctica que otros. Pero no se ha encontrado un caso en el cual la verdadera pericia de clase mundial se haya alcanzado en menos tiempo. Parece que eso es lo que le toma al cerebro asimilar todo lo que necesita para alcanzar la verdadera maestría”.

La regla de las 10,000 horas, sin embargo, olvida un hecho importante. La experiencia extensiva es necesaria para alcanzar altos niveles de desempeño; sin embargo, la mera experiencia extensa no te llevará invariablemente a lograr niveles de experto. Escribe Ericcson, “algunos tipos de experiencia, como la de ejecutar profesionalmente una rutina de trabajo, no te hará mejorar más”. “Después de cierto punto, la mejora depende de un esfuerzo enfocado en cambiar aspectos particulares del desempeño”.

En otras palabras, solo acumulando diez mil horas en algo no te hará de clase mundial; por ejemplo, yo he estado manejando durante más de 20 años, pero no estoy más calificado para ser un piloto de las 500 de Indianápolis que mi hija de diecisiete años – la magia está en la forma en la que inviertes esas horas.

Necesitas un tipo particular de práctica – los psicólogos la llaman “práctica consciente” – para desarrollar la pericia. Cuanto más práctica la gente, más se enfoca en las cosas que ya sabe hacer. La práctica consciente es diferente. Incluye salirte de tu zona de confort y tratar de hacer actividades más allá de tus capacidades. Eso implica, esfuerzos considerables, específicos y mantenidos de lo que no puedes hacer bien – o incluso de lo que no puedes hacer. Investigaciones a través de varios campos muestran que solo esforzándote  más en lo que no puedes hacer, lograrás convertirte en el experto que quieres ser.

La práctica consciente se caracteriza por los siguientes cuatro elementos:

1.      Está diseñada específicamente para mejorar el desempeño.
2.     Es muy repetitiva.
3.     La retroalimentación de los resultados obtenidos está disponible todo el tiempo.
4.     Es altamente demandante mentalmente y no es necesariamente placentera, ya que se enfoca en mejorar áreas de tu desempeño que no realizas bien.

La concentración es requerida para que se realice la práctica consciente, la cual separa el desempeño inconsciente de las tareas rutinarias del auténtico compromiso. La cuestión aquí es que aunque el esfuerzo constante es necesario para alcanzar el éxito, no es suficiente.

Obviamente, en los CrossFit Games no se dan las medallas basándose en cuanto tiempo pasaste en el gym. Katrín no ganó los Games el año pasado porque pasó más horas en el gym que las demás mujeres. Ella ganó los Games debido a la calidad de esas horas invertidas en el gym.

Entreno a mis atletas para maximizar cada minuto de cada día. Katrín, Mat y Cole no sólo hacen los movimientos a un nivel élite, no es suficiente solo con demostrar que sabes hacerlo. Si la meta es ser mejor cada día, tendrás que mentalizarte para que cada momento que practiques des tu máximo esfuerzo.

Justo ahora, en este minuto, en estos sesenta segundos, ¿qué es lo que estás haciendo para maximizar tus capacidades y tus resultados? Justo ahora, ¿deberías estar calentando? ¿Deberías estar calentando con más atención, con más esfuerzo, lo estás haciendo? Justo ahora, deberías estar entrenando - ¿Y estás dando todo en tu entrenamiento? ¿Deberías estar recuperándote, comiendo, o durmiendo? ¿Le estás dando a cada minuto el respeto que merece? Cada minuto de tu día es un tabique que va construyendo tu éxito, tu medida de excelencia. Cada minuto merece tu total atención y compromiso.

Este tipo de práctica consciente es la diferencia entre la gente tremendamente exitosa y todos los demás. Sin embargo, la práctica consciente es muy poco común; la persona promedio no práctica de esta forma, mucho menos mantiene esta forma de entrenar durante un período de diez años. ¿Por qué no?

Porque es difícil.

Convertirte en alguien de clase mundial requiere una enorme cantidad de esfuerzo. Como Gladwell ilustra, toma al menos diez años de práctica antes de que empieces a alcanzar un nivel élite. Durante todo ese tiempo, tendrás que practicar como si estuvieras poseído. El tipo de práctica consciente que conduce al éxito requiere cierto nivel de compromiso, dedicación, paciencia, concentración, determinación y resiliencia que es imposible sin un ingrediente principal.

La pasión.

La única forma en la que puedes dedicarte completamente a algo – estar completamente entregado, cada día, dejar todo sobre la mesa con tal de hacerlo – es si algo te apasiona. Tienes que amarlo. La gente que es la mejor – ya sean músicos, atletas o CEO´s – son adictos a su llamado. Saltan de la cama cada mañana emocionados por su trabajo. Es más, ni siquiera lo consideran trabajo. Hacen lo que sea necesario porque lo aman, incluso aunque no sean bien correspondidos.

Es posible ser muy bueno en algo que no te apasiona. Pero lo hará más difícil. El trabajo diario – la práctica consciente – es desgastante para el CEO que no tiene pasión por su carrera. Para el emprendedor que ama su trabajo, el trabajo diario es divertido. Es emocionante. Si pudiera hacer cualquier cosa en el mundo, esto sería. Como dice Bob Rotella, “hacer algo que amas es como ir en bicicleta colina abajo. Hacer algo que no amas es como ir colina arriba.”

Cuando lo enfrentas con pasión, no es un reto.

No hay un mejor ejemplo de ello que los hermanos Wright. Una de mis pláticas favoritas de TED Talks es una lectura de Simon Sinek llamada “How Great Leaders Inspire Action”. En ella, narra la poco conocida historia de Samuel Pierpont Langley: “a principios del siglo veinte, la meta de los hombres poderosos era volar, era como el punto com de aquella época – todo mundo lo intentaba”. Samuel Pierpont Langley tenía todo lo que se necesitaba para triunfar. Fue financiado por el gobierno de los Estados Unidos y tenía un presupuesto ilimitado. “Tenía una plaza en Harvard y trabajaba en el Smithsonian y estaba extremadamente bien relacionado; conocía a todas las grandes mentes de aquellos tiempos. Contrató a las mejores mentes que el dinero podía pagar y las condiciones del mercado eran fantásticas. El New York Times lo seguía a todos lados, todos estaban interesados en Langley”.

Sinek continúa: “a algunas millas de ahí, en Dayton, Ohio, Orville y Wilbur Wright no tenían lo que consideramos precisamente la receta para el éxito. No tenían dinero, pagaban por su sueño con las ganancias de su taller de bicicletas. Ninguna persona en el equipo de los hermanos Wright tenía educación universitaria, incluyendo a Orville y Wilbur; y el New York Times no los seguía a ningún lado”.

Así que ¿porque no hemos escuchado sobre Samuel Pierpoint Langley, mientras que los hermanos Wright son como la marca de la casa?

Sinek explica que Orville y Wilbur Wright estaban motivados por una causa, mientras que Langley estaba motivado por un resultado. Los hermanos Wright tenían un propósito, un gran porque. “Creían que si podían diseñar esta máquina voladora podrían cambiar el curso del mundo”. Langley, quien no compartía su entusiasmo por volar, estaba motivado solo por la riqueza y la fama. ¿Cuál fue el resultado? “La gente que creía en el sueño de los hermanos Wright trabajaba con ellos hasta la última gota de sudor, sangre y lágrimas”. Cuando los hermanos Wright realizaron su vuelo el 17 de Diciembre de 1903, Langley renunció. Él pudo haberse maravillado de este descubrimiento y lo pudo mejorar con su tecnología, pero no lo hizo. Como dice Sinek, “él no fue el primero, ni fue rico, ni famoso, solo renuncio”.

La verdad es que a pesar de sus recursos, Langley nunca tuvo oportunidad. La pasión siempre superará a todo, ya que la pasión genera un nivel de resiliencia a prueba de balas. Y si estás tratando de ser el mejor en algo – si estás tratando de cambiar el mundo – la necesitarás, ya que será increíblemente difícil. La pasión es el antídoto de los contratiempos, desventajas, ridículo, y mala suerte – todo lo que estarás haciendo repetidamente si estás en búsqueda de la excelencia. La pasión te permite perseverar cuando cualquier otra persona desistirá.

Para el mundo exterior,  parece como que estas excepcionales personas renuncian a todo lo que de verdad importa en la vida. Katrín es un conmovedor ejemplo. La mayoría de las chicas de veinticuatro años tienen empleos, amigos y una vida social bastante activa. Tienen novios, van a fiestas, miran Netflix, y comen pizza. Katrín no hace nada normal de una chica de su edad. Se levanta temprano y lee libros sobre mentalidad. Pasa alrededor de siete horas en el gym, después pasa el resto del día en especialistas del cuerpo, prepara su nutrición, y sigue protocolos de recuperación. Es una vida tremendamente enfocada, y parece como un gran sacrificio para aquellos de nosotros que queremos tener una vida equilibrada. De vez en cuando, alguien le señala esto. Su respuesta es siempre la misma. “No estoy sacrificando nada. Amo lo que hago. Si me das a elegir cualquier cosa en el mundo, voy a elegir hacer exactamente esto.”

La pasión es una de las primeras cosas que busco cuando invito a entrenar conmigo a un nuevo atleta. Es el rasgo del carácter que habilita a todos las demás características que son críticas para triunfar a nivel élite – hambre, compromiso, dedicación, determinación, perseverancia, resiliencia y paciencia. La pasión de Katrín por ser la mujer con mejor condición física del planeta y su genuino amor por entrenar la han convertido en una fuerza imparable. Mientras está parada frente a mí en el tapete de meta debajo de mí, sonriendo radiantemente, está escrito por todo su rostro.

Encuentro a Katrín fuera del estadio después del DT. Ha sido un largo día de competencia, pero nuestro día aún no termina – aún tenemos algunas horas de recuperación pendientes. Mientras caminamos, Sevan y su cámara nos encuentran. Empieza a caminar con nosotros, luce determinado y parece que va acribillar a Katrín con preguntas. Tan sincero como siempre, le dice a Katrín que es más cercana a su entrenador que la mayoría de la gente. Ella me mira, luego asiente, y dice “lo soy, la forma en la que él me entrena me hace mucho sentido, se enfoca más en el carácter que en los resultados. Desde que trabajo con él, me ha enseñado no solo a ser mejor atleta y a trabajar duro. Él me ha convertido en una mejor persona. Nos concentramos en esas características todos los días, y esa es la gran diferencia”.

Es la primera vez que escucho a Katrín hablar analíticamente de nuestra metodología. La miro mientras habla. Sus ojos dicen, que se está imaginando algo, algo esencial. Más que su éxito, empiezo a sentir como si esto fuera solo el inicio de algo muy importante para ella.



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