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martes, 5 de diciembre de 2017

Chasing Excellence - Capítulo 1 Compromiso


CAPITULO 1
COMPROMISO

La mayoría de la gente desperdicia las oportunidades, porque se presentan vestidas en ropa de trabajo y representan esfuerzo.
-      THOMAS EDISON

MARTES, 19 DE JULIO DE 2016
PLAYA DEL HOTEL MARRIOT EN MANHATTAN
CARSON, CALIFORNIA.

En la producción del documental de los CrossFit Games 2016, el comentarista Rory McKernan dijo que “ser un atleta de los CrossFit Games es básicamente una enfermedad mental”.

Bajo esta definición, entonces la playa del Hotel Marriot en Manhattan California, donde estamos comiendo ahora, es un manicomio. Los ochos atletas con mejor condición física del mundo están reunidos aquí, en la recepción del hotel de los CrossFit Games, para la recepción anual de bienvenida con la que inicia una larga semana para encontrar a la mujer y al hombre con mejor condición física.

Estoy aquí porque soy entrenador de tres de ellos – Katrín Davidsdottir, Mathew Fraser y Cole Sager. Ellos, al igual que cualquiera en esta habitación, son atletas profesionales. Desde hace 10 años, cuando los CrossFit Games se realizaron en un pequeño rancho al noreste de California, este deporte ha evolucionado de tal forma, que ahora es una ocupación de tiempo completo para aquellos quienes buscan alcanzar su mejor nivel físico. Lo que inició como una reunión de amigos en 2007 se ha convertido en un evento deportivo de clase mundial, sin paralelo en su grado de variedad, intensidad y rudeza.

Y por una buena razón – si la meta es encontrar legítimamente al mejor en condición física del planeta, la prueba debe ser como ninguna otra. Los CrossFit Games prueban cada habilidad física – fortaleza, velocidad, potencia, resistencia, coordinación, equilibrio, agilidad, precisión, flexibilidad y estamina. De verdad no hay ninguna otra prueba física como esa en el mundo. La gente ha comparado los Games con el Decatlón, carreras de ultra distancia o el Ironman, pero esos eventos miden solo algunas facetas específicas de la capacidad física humana; los Games prueban todas. Desde la resistencia en el nado en el océano hasta habilidades como caminar de manos, desde fortalezas que requieren esfuerzos máximos en levantamientos olímpicos hasta la estamina de los triatlones, desde la resistencia para correr un medio maratón hasta la explosividad de correr a máxima velocidad entre obstáculos, desde la gracia de la aros de gimnasia hasta la perseverancia de correr montaña arriba cargando sacos de arena, no hay ninguna otra prueba en el mundo que sea más ruda ni más brutal.

Ganar los Games es sumamente difícil. Solo el 0.012 por ciento superior de los atletas del mundo compiten debajo de las luces brillantes cada verano para conseguir el título de “el hombre o la mujer con mejor condición física en el planeta”. El proceso de calificación inicia en el invierno con el “Open”, durante cinco semanas, cinco entrenamientos para competir se llevan a cabo en los gym afiliados y en los garajes alrededor del mundo.  En el 2016, 302, 000 personas de 120 diferentes países participaron. Los cuarenta hombres y las cuarenta mujeres con mejores marcas de 8 regiones avanzaron a la siguiente etapa, los Regionals, los cuales tienen lugar durante tres días en Mayo. Solo los cinco mejores hombres y las 5 mejores mujeres de cada región avanzan a los Games, los cuales se realizan cada año a finales de Julio.

Ganar los CrossFit Games requiere de mucho compromiso, el cual es difícil de entender para la mayoría de las personas. Los atletas en el más alto nivel de nuestro deporte entrenan de 5 a 10 horas al día, durante todo el año, para enfrentarse a una semana de competencia. Ellos se comprometen a sí mismos con una vida de llena de disciplina, privación, sacrificio y sufrimiento. Para ganar los Games, tienes que ser el mejor en todo y débil en nada. La carga de trabajo de estos atletas y sus capacidades físicas están reescribiendo, literalmente, los libros de fisiología del deporte; donde alguna vez se consideró imposible correr la milla en cinco minutos o levantar 500 libras, correr apenas arriba de 5 minutos la milla, hacer 50 dominadas seguidas o levantar 350 libras sobre su cabeza. Las habilidades físicas continúan mejorando cada año, los atletas buscan sus límites en cada faceta de sus vidas. Ellos pesan, miden y registran su ingesta de nutrientes. Tienen protocolos específicos para dormir. Asisten semanalmente con quiroprácticos, especialistas en articulaciones, terapeutas de masajes y terapeutas físicos. Tienen unidades personales de estimulación muscular que utilizan diariamente. Usan tanques de flotación para acelerar la recuperación.

Aun así, nada está garantizado. Incluso si tú maximizas todas esas cosas, probablemente no ganes los CrossFit Games. Cole Sager, un veterano de varios años en los Games quien termino séptimo en los Games 2015, casi no logra regresar este año. En el último evento de los regionales, él estaba en noveno lugar, cuatro lugares fuera de la calificación. Que pasara del noveno al quinto lugar en un solo evento era casi imposible; era una tarea insuperable. Es como regresar de una desventaja de 27 – 3 faltando tres minutos en el tercer cuarto del Súper Tazón (¡Go Pats!).

Es exactamente lo que Cole hizo. El evento final fue una batalla rápida e intensa con poco margen de error, y eventos como ese siempre tienen el potencial de sacudir bastante el tablero de posiciones. En un corto sprint de escaladas de cuerda sin utilizar las piernas y thrusters, Cole estaba súper conectado, volando y bajando por la cuerda, desafiando la gravedad y todos los thrusters los hizo sin parar. El gano el evento, supero a cuatro competidores, y obtuvo su pase a los Games 2016.


Después de la ceremonia de premiación de los Regionales del Oeste, fuimos a una comida de celebración post competencia. Cole, eufórico desde el dramático evento final, no pudo dejar de sonreír; pero creer que él dio su máximo esfuerzo en dicho evento podría dar un falso sentido de seguridad. Él tenía que aprender aún cual era el punto más alto de su capacidad. Para competir al límite de su potencial en los Games, el necesitaba cambiar su mentalidad, donde el esfuerzo era solo el inicio.

Le dije que él había estado practicando este deporte a un nivel amateur, y aunque se sentía realmente exitoso, el aún permanecía como un amateur. “¿Estás listo para convertirte en profesional? Si no lo estas, está bien. Irás a los Games, y lo harás bien. Pero si quieres ganar, te daré todo lo que tenga. Haré todo lo posible para que eso ocurra. Pero no lo haré a menos que tú también lo hagas. Si esperas estar ahí conmigo, sabrás lo difícil que será, pero estaremos juntos en ello”.

Cole es el tipo de persona que puede escuchar una retroalimentación dura y no la evita, no se defiende, no lo toma personal; el sólo escucha y después toma su decisión. Él estaba callado mientras yo le hablaba, escuchaba atentamente, su cabeza se balanceaba asintiendo. Cuando termine, él ya había tomado su decisión. Para el entrenamiento de verano se mudó a Boston, junto a Katrín y a mí. Durante los últimos meses, he visto a Cole entrenar más duro que nunca. Como resultado, el Cole sentado a algunos lugares de mí, es ahora un atleta que está completamente a otro nivel.

Mientras veo a los tres al otro lado de la habitación, se me ocurre, y no es la primera vez, lo diferente que lucen por fuera. Katrín, quien viene de Islandia, es como una verdadera princesa de Disney. Es una chica muy femenina – su cabello rubio platinado siempre luce perfecto y se asusta muchísimo con los insectos. Mat es de Nueva Inglaterra y luce más como un miembro de los ángeles del infierno – usa barba desaliñada, cabello café, muchos tatuajes y maldice mucho. Cole, en cambio, usa un corte perfecto, todo el tipo americano con el físico de un corredor defensivo profesional y la personalidad de un “Golden Retriever”. Esos tres no podían ser más diferentes, y aun así, poseen rasgos similares. Más allá de sus extraordinarias habilidades físicas, comparten una gama de actitudes y atributos que definen su éxito – disciplina, compromiso, pasión, confianza, persistencia, resiliencia, competitividad, entrenabilidad, mentalidad ganadora, humildad, hambre, dedicación, tenacidad y agallas.

Esforzarse y entrenar a un nivel de campeón no es para todos. No lo es. Hay mucho dolor, mucho sacrificio, muchas horas, la misma rutina monótona y minuciosa; hay mucho que pensar antes de ir en búsqueda de la perfección. No es sobre el talento. Todos en el nivel más alto de cualquier disciplina son talentosos. Es sobre el compromiso. Dado esto, no es tan difícil entender porque, para la mayoría de los atletas hospedados en el Marriott esta noche, estar aquí es el premio. Para la mayoría de la gente, llegar al máximo nivel es suficiente. Se dan una palmadita en la espalda, recogen su dotación de Reebok, y disfrutan la competencia. Ellos saben que no están al nivel para ganar, pero se pueden llamar a sí mismos “atleta de los Games”, una de las distinciones más venerables en este deporte.

Esto no es poco común y no es único de los CrossFit Games. Mucha gente se esfuerza mucho durante algún tiempo para alcanzar sus metas, y eventualmente llegan a un lugar donde se sienten cómodos. Tal vez no han alcanzado sus metas de largo plazo, pero han alcanzado un respetable 90%, y sienten que han cumplido todo lo necesario a buen nivel como para estar satisfechos. Ellos alcanzan un alto nivel de éxito en el campo que hayan elegido; ya sean contadores, doctores consumados, maestros o empresarios. Eso es grandioso. Es loable. Pero eso no es la excelencia.

La excelencia es maximizar todo lo que tienes en las categorías determinantes para alcanzar tus metas de largo plazo. Las categorías determinantes son diferentes en cada caso; para los atletas, dichas categorías son entrenamiento, nutrición, descanso, recuperación y mentalidad. Si eres un neuro-cirujano o un CEO, tus categorías deberán ser diferentes. No importa a que te dediques, es cuestión de preguntarte continuamente: ¿estoy haciendo todo lo que puedo para mejorar aunque sea un pequeño porcentaje de lo que soy ahora, no importa lo mucho que tenga que esforzarme, no importa lo mucho que tenga que dar, no importa cuánto tiempo requiera?

Observa el siguiente gráfico:



De un lado está la complacencia, y en el otro extremo esta la excelencia. Complacencia, en su límite más lejano, es cuando la gente se la pasa en el sillón. La gente complaciente no se preocupa por la excelencia, y no piensa que sea importante. La excelencia, por el otro lado, la conocemos bien; la reconocemos en lo mejor y más brillante de nosotros, aquellos que están en la cumbre de su actividad. Te está diciendo que no importa que tan difícil sea algo – tu darás todo lo que tengas para lograrlo.

El punto medio entre la complacencia y la excelencia es la competencia. Eso, te podría sorprender; la competencia es el punto que la mayoría de la gente se fija como meta. La mayoría de la gente se encuentra en algún punto alrededor de la competencia. Han conseguido algunas habilidades y aparente éxito; quieren ser buenos, pero cuando se enfrentan al trabajo requerido para ser grandiosos, se encojen de hombros, y dicen: mmm,,,, ya soy lo suficientemente bueno.

Nadie quiere estar en el extremo de la complacencia, la cual esencialmente es lo que se conoce en la vida como, el fondo. El fondo apesta. El fondo representa relaciones asquerosas, es batallar con trabajos que odias, infelicidad, adicción. La excelencia es donde todos queremos estar; es donde queremos emular a las súper estrellas. Es aspiración pura. Es donde la gente como Michael Phelps vive.

Si no piensas las cosas lo suficiente, si nunca lo tomas con seriedad, terminarás en algún punto alrededor del medio, con la vasta mayoría de los demás. La competencia, en sí misma, puede ser una montaña rusa de emociones porque en su nivel más básico de competencia, algunas veces triunfaras y otras fracasaras, estarás sujeto a las subidas y bajadas naturales de las circunstancias. Si tú eres un jugador de banca en la NBA, y en una temporada obtienes mucho tiempo de juego – y tal vez el tiro ganador del juego – podría ser un éxito enorme. Si fallas el tiro ganador, podrás haber perdido probablemente tu único tiro. Pero si eres Michael Jordan y fallas el tiro ganador, estarás decepcionado, pero no estarás llorando toda la noche. En el punto final de la curva de excelencia, estás seguro de quién eres y sabes de todo lo que eres capaz.

Mucha gente considerará este comportamiento y concluirá que se encuentra en el lado de la excelencia, simplemente porque trabajan duro y han alcanzado cierto nivel de éxito en algún campo en cuestión. Pero no es así como funciona. Solo porque estás trabajando duro no significa que estés comprometido, no en la forma en que está comprometido un campeón, y eso no es automáticamente igual a la excelencia. En ninguna parte esto es más visible que en los CrossFit Games. Como dijo acertadamente el comentarista de los CrossFit Games Sean Woodland, “no sabes lo bueno que tienes que ser tan solo para estar en los CrossFit Games”. El último lugar de los Games podría ser uno los seres humanos con mejor condición física que haya caminado en la faz de la tierra, pero aquí eso es relativo; comparado con los diez primeros lugares, su entrenamiento, nutrición, recuperación, descanso y mentalidad son meramente competentes. En los Games, ser de “clase mundial” es sólo el precio para entrar. Para ser competitivo, tendrás que ser mejor que “clase mundial”.

La excelencia requiere sentir dolor a corto plazo para obtener resultados a largo plazo. Es doloroso, en el corto plazo, levantarse a las 5:00 am para entrenar; es doloroso decirle que no a una galleta. Pero a largo plazo, esos hábitos te dan increíbles resultados. La complacencia es exactamente el escenario opuesto: ganancias a corto plazo a cambio de dolor a largo plazo. Por ejemplo, si postergas la alarma de tu reloj despertador, te sentirás muy bien en ese momento; tendrás cinco minutos más de sueño. Si lo haces a diario, tu productividad sufrirá a largo plazo. Como le digo a mis atletas, mucha gente trabaja duro; pero muy muy poca gente trabaja realmente duro.  

La gente que se encuentra en el punto final de la curva de excelencia está enfocada en resultados a largo plazo. La gente que triunfa en la vida, en los negocios, y en las relaciones está viviendo en un proceso que conduce a la excelencia; esa es la gente que se levanta temprano a entrenar, que le dice no a la comida chatarra, que le dedica tiempo al aprendizaje y al desarrollo de la conciencia. Se toman el tiempo para establecer lo que es importante para ellos y determina que hábitos los ayudarán a llegar a donde quieren. No se enganchan con el corto plazo. No lo subestimen – será difícil. Es una constante dedicación en formar los hábitos y valores que puede ser desoladora. Sin embargo, a largo plazo los beneficios serán inigualables.
Es más fácil decirlo que hacerlo. Doy la misma plática energética que di a Cole después de los Regionales a todos mis atletas antes de que se enlisten conmigo. Quiero estar seguro que entienden lo que significa dar el siguiente paso, intentar convertirse en un campeón, será mucho más difícil de lo que piensan. Tengo expectativas muy simples pero específicas de mis atletas y ellos conocen esas expectativas. Deberán mostrar voluntad para aprender, voluntad para invertir tiempo – tanto como sea necesario – para encontrar su mejor versión de sí mismos. Deben ser apasionados sobre querer ser los mejores. Deberán comprometerse con el proceso, todos los días.

El compromiso a este nivel significa concentrarse cada minuto de cada día con la finalidad de ser perfecto. Eso significa consagrarse a detalles que para otros no tendrían sentido. No te concentraras en los resultados de tu dedicación, sino en la dedicación en sí misma y en la persona en la que quieres convertirte. Aquellos que viven en este espacio no sólo representan el 20% superior; realmente son la crema y nata, el 1% superior del 1%. Los tres atletas que entreno caen en esta categoría. Katrín, Mat y Cole no entrenan todo el año solo para llegar a los Games y disfrutar el momento. Ellos están conmigo porque quieren saber lo buenos que pueden ser. Se levantan cada mañana con una meta en mente – ser mejores. Están aquí para ganar.

Como si leyera mi mente, el director de los CrossFit Game Dave Castro irrumpe en el salón. Después de unas bromas, él les dice a los atletas: “este año será el reto físico y mental más grande de los CrossFit Games. El décimo aniversario los llevará a límites que no sabían que tenían”, lo dice medio en broma, medio en serio. “Habrá momentos en los que estarán asustados”, continúa al completo estilo de Dave. “No querrán hacer algunas cosas que les pondremos hacer. Se cuestionarán porque están aquí.” Dave, un instructor consumado de Navy Seal, le encanta jugar estos juegos psicológicos. Con risa burlona el agrega, “si en algún punto están asustados o cuestionándose sus motivos, por favor, siéntanse libres para acercarse conmigo o con cualquiera del staff, y estaremos complacidos de sacarlos y ponerlos más cómodos, y habrán terminado su competencia.” Después de una ligera pausa para hacerlo más dramático, el concluye, “esto se trata de ganar los CrossFit Games. Si no vinieron por esa razón, deberían renunciar ahora”.


Después se da la vuelta y sale de la habitación.
Que empiecen los Games.
 


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