He odiado cada
minuto de entrenamiento, pero como dije,
“No desistas. Sufre
ahora y vive el resto de tu vida como un campeón”.
Muhammad Ali
Si
viste la película 300, quizá recuerdes las primeras escenas en donde arrojan a
un muchacho a enfrentar su prueba de sobrevivencia ante la naturaleza. Se
enfrentó a un paisaje estéril y tenía prohibido regresar a la ciudad, si el
chico quería sobrevivir, tenía que usar su ingenio y coraje. En algún momento,
se enfrentó cara a cara con una bestia salvaje. No comentaré toda la escena,
pero el chico hizo su mejor esfuerzo en esa ocasión sin un Xbox o una
hamburguesa de McDonald´s. Busco la manera de sobrevivir.
En
tiempos antiguos, los hombres espartanos nacían para ser soldados, quienes
debían responder al llamado para defender su ciudad. Esta forma de vivir
requería de una temprana preparación física y mental, de tal forma que el ser
soldado se convertía en la única profesión de los hombres de esa ciudad. Su
existencia se centraba en defender la forma de vida espartana.
¿Cómo
podrían nuestros hijos, algunos de ellos criados con videojuegos y comida
chatarra, competir en un enfrentamiento mano a mano contra un joven espartano?
Nuestros chicos no han peleado con bestias; ellos solo han deambulado por la
escuela con sobrepeso y con flojera, optando por un pastelillo extra en vez de
correr una milla extra. 23% de los adolescentes de América tienen diabetes tipo
2. Además, 69% de los adultos en USA tienen sobrepeso u obesidad. Debido a esto
han aumentado las enfermedades que amenazan la vida, como por ejemplo, las
enfermedades cardíacas, ataque al corazón, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de
cáncer. Desafortunadamente esta se ha convertido en la nueva normalidad para
nuestra sociedad. Y lo peor, es que no parece importarnos mucho, que nuestros
hijos caigan en la misma trampa contra la salud.
Los
permisos excesivos y la sobre indulgencia con la que crecieron muchos jóvenes
fueron ocasionadas por una epidemia de divorcios ocurridos en décadas pasadas,
y la intensificación del miedo al exterior ha proliferado debido a las pésimas noticias
que los canales de TV informativos de 24 horas transmiten. Todo esto, aunado a
la infelicidad de los padres, así como a la ausencia en sus casas, acompañado
de hiper indulgencia e hiper recompensa hacia sus hijos con afán de
compensarlos. O por el contrario, por el comportamiento de sobre presencia e
hiper proteccionismo avocados en el término “padres helicópteros” – quienes se
reúsan a dejar salir a sus hijos de casa solos. Los niveles de ansiedad
respecto a la naturaleza y al exterior se han incrementado en la gente joven. Así
que la gente joven ha dejado de preguntar si pueden salir y se resignan a estar
en sus habitaciones.
Considerando
los elementos anteriores, es como hemos enfocado la Spartan Race. Le damos a la
gente la oportunidad de experimentar algunas de esas sensaciones que el mundo
actual les ha negado, desequilibrado la balanza para muchos de ellos.
En
una Spartan Race tendrán el privilegio de moverse libremente, respirar completa
y profundamente, y la oportunidad de sortear algunos obstáculos físicos. Un
espartano sabe que esto es la esencia de su ser, y, por lo tanto, sabe que su
salud se convierte en su prioridad
principal. Puedes argumentar todo lo que quieras sobre la importancia de la fortaleza
mental y una actitud positiva, pero el ideal espartano como lo definimos
anteriormente, viene del buen estado físico. La frase de mente sobre materia
solo funciona hasta que descubres que puedes llevar a tu cuerpo más allá de sus
límites físicos actuales. Y por el contrario, un cerebro sin cuerpo no puede
escalar un muro de 8 pies. Asimismo, no
puedes fumar un cigarro, o tener una panza chelera y considerarte un espartano.
No puedes sentarte a ver televisión durante cinco años comiendo chetos y luego
repentinamente salir y hacer un ultra maratón o una Spartan Race, o algo igual
de demandante. Solo te estas engañando a ti mismo si piensas lo puedes lograr.
Necesitas esforzarte para ello.
Las
bases de la vida moderna son una total negación de nuestra verdadera
naturaleza. Después de todo, somos animales. Evolucionamos para correr, saltar,
trepar, lanzar, pelear y bailar. Nuestros cuerpos fueron diseñados para moverse
– esa es la razón principal por la que tenemos cerebros – no para permanecer
sentados por horas. El ejercicio es la mejor defensa que tienes contra la
ansiedad, estrés, depresión y otras tantas enfermedades. Le ayuda a las células
a repararse a sí mismas, y literalmente cura los efectos del estrés a través de
la liberación de algo llamado factor neurotrópico. Los investigadores han
descubierto, sin mucha sorpresa para mí, que cuando los estudiantes se
ejercitan regularmente, su nivel de estrés disminuye. ¿Preocupado?,
¿estresado?, ¿de malas? Corre. ¿Aún te sientes mal? Corre más rápido. No tienes
nada que perder, salvo peso y estrés. El ejercicio regular es una droga
efectiva también para controlar desordenes de pánico. No es de extrañarse que
los empleados que se ejercitan se enfermen menos días que los empleados que no
hacen ejercicio.
Se
ha dicho que no importa cuántas millas corras, siempre y cuando lo hagas en
busca de tu sueño. Pero correr grandes distancias o levantar mucho peso por una
hora requiere más que buenos deseos y fuerza visceral. Requiere un corazón
fuerte, pulmones entrenados y un metabolismo poderoso, como una mitocondria y
enzimas de oxidación, trabajando a toda máquina. Desarrollar ese poder interno
requiere de un entrenamiento constante. Por tal motivo, con una sesión de entrenamiento la gente obesa
y sedentaria no obtendrá los mismos resultados que la gente que se entrena
regularmente. Es irónico, pero cuando se empiezan a ejercitar, mientras más
energía gastas, más energía tienes. No importa que tanto estés fuera de forma,
sigue así no te desanimes. Puede ser mucho más difícil para la gente que recién
empieza, que para la gente que ya tiene buena condición. Pueden iniciar con
buenas intenciones, pero el lento progreso inicial puede resultar en
retroalimentación negativa. Desafortunadamente, el sillón botanero es lo más
común en USA. Hay más gente obesa que Republicanos, Demócratas, Independientes,
Cristianos, Judíos, Musulmanes, Budistas o cualquier otro grupo. Y sus pesos,
así como sus cinturas, aumentan cada día.
La
gran mayoría de las enfermedades crónicas en América se pueden prevenir si
evitamos el estilo de vida sedentario, dejar de fumar y empezar a comer mejor. Es
asombroso lo lento que hemos reaccionado como sociedad en reconocer esta
epidemia y hacer algo al respecto. Es algo trágico debido a que nuestra propia salud
es algo en lo que deberíamos tener completo control y el nivel de condición
física tiene una influencia tremenda en tu salud a largo plazo.
Si
recuerdas tu niñez, te la pasabas afuera todo el día. Te la pasabas jugando,
descansando o echando relajo con tus amigos, te la pasabas corriendo en los
alrededores, trepando árboles, columpiándote en ramas, lanzando bolas de nieve,
llenándote de lodo, y haciendo otras cuantas cosas que se supone no debías
hacer. Mientras más difícil y complicado era el juego, mientras más
competitivo, más lo disfrutabas. Cuando anochecía, tenías que ir a casa a cenar
porque si no lo hacías, tu madre te recordaría quien era la que mandaba en casa.
Pero no querías que se terminará. Tú querías seguir jugando, seguir haciendo
ejercicio, hasta que ya no podías jugar o ejercitarte más. Finalmente, cuando
llegabas a casa, el cansancio y el hambre te llegaban de golpe. Y entonces te
ibas a la cama y dormías profunda y tranquilamente. No necesitabas píldoras o
velas aromáticas para ayudarte a dormir. Tu cuerpo funcionaba como se supone
que debía funcionar.
Aprendimos
cosas sobre el mundo que nos rodeaba y sobre nosotros mismos poniendo a prueba
nuestros límites. Quizá tu madre se la paso diciéndote que era peligroso nadar
durante los 30 minutos después de comer, hasta que un día decidiste rebelarte y
nadar antes de los 30 minutos. No moriste, ni quedaste envuelto en llamas, ni
sufriste ninguna mala consecuencia.
¿Recuerdas
cómo te ponías ansioso cuando eras niño y veías unos pasamanos nuevos en el
parque de juegos? Eso era un reto. Pensabas que si alguien había puesto el
juego ahí, entonces tú serías capaz de usarlo. Limpiar tu cuarto o cortar el
césped era un trabajo aburrido. Los pasamanos, eso sí que era diversión. Si tu
agarre no era lo suficientemente fuerte, te caías al polvo, ¿Y qué? Eso fue
divertido, también. Si tus manos desarrollaban cayos, no había problema. Eran
insignias de honor.
Podría
argumentar que tratamos a nuestros hijos como si necesitarán estar cubiertos
por una burbuja, como si la niñez fuera un período peligroso el cual hay que
evitar. Si eso hiciéramos, ellos crecerían divorciados del mundo natural a su
alrededor e incluso, temerosos de algo ligeramente amenazante. Sin duda, los
niños que juegan libremente quizá se lastimen una rodilla, pierdan un diente, y
quizá se rompan algún hueso en las peores circunstancias. Parte de crecer significa
tomar algunos riesgos y aprender de las consecuencias, buenas y malas. Si tomas
a alguien al que no se le permitió jugar afuera cuando era niño y lo pones en
una carrera de obstáculos, estará mal preparado para enfrentar algunos de los
obstáculos.
El
pasamanos presenta un reto físico asombroso para los niños y para los adultos
por igual. Prueban la fuerza de su agarre, retan la fuerza de sus brazos, y
deja a los músculos de tu espalda implorando piedad, también pone a prueba la
fuerza de tu “core” para mantener la estabilidad. Cuando te enfrentes a este
obstáculo, tal vez te sientas de regreso en el parque de juegos de la primaria,
pero para muchos corredores, este es uno de los obstáculos más difíciles al que
se enfrentan. Tienes que esforzarte mucho y agarrarte fuerte y probar la
resistencia de tus músculos por completo. Citó al jugador de futbol y luchador
profesional Alex Karras, “la fortaleza se encuentra en el alma y el espíritu,
no en los músculos”.
La
carrera es solo la culminación de nuestro entrenamiento físico. Es un lugar
para probar como estas viviendo tu vida. El filósofo griego Aristóteles sabía
que dominando la autodisciplina se obtiene el éxito. El plan espartano exige
cada gota de vida que tengas para ofrecer, y está basado en principios que
pueden conocerse solo de la forma en la que se enseñaban desde tiempos
antiguos. Con nuestro deseo acelerado de obtener todo más rápido, más fácil,
más barato, hemos perdido la visión de estos antiguos principios. Para
redescubrirlos y comprenderlos tenemos que dar a nuestra mente, cuerpo y espíritu
la oportunidad de integrarse como uno solo. Y cuando llegues a ese punto te
darás cuenta que todo es posible.
SUPERVIVENCIA
DEL MÁS APTO
La
idea espartana de la condición física no se parece mucho a la que estamos
acostumbrados. Nosotros, los espartanos, hacemos las cosas de forma diferente. Nos
gusta más entrenar afuera que en lugares cerrados, nos gusta más usar el peso
de nuestro cuerpo que pesas, y descansamos menos durante nuestras sesiones de
entrenamiento.
Las
organizaciones militares entrenan de esta forma por necesidad – cuando están en
despliegue, quizá no tengas acceso a un gym en su forma convencional. Pero Jack
LaLanne fue un pionero en este estilo sin fantocherías de fitness, quién medio
siglo atrás, introdujo las rutinas de ejercicio para realizarlas en las salas
nuestras casas. Recientemente visite a la esposa de Jack LaLanne. A quien él
llamaba “La La”. Ella tiene 80 años, y se tiró al suelo e hizo 10 lagartijas.
Ella no estaba realizando algún truco de magia; ella se estaba comportando como
un humano debe hacerlo, claro, como un humano que come saludablemente y se ha
ejercitado durante toda su vida.
Los
aparatos no son el único “atajo” de hoy en día. Todos sabemos que el atajo para
construir músculo es el uso de algunas drogas. Esteroides, hormonas de
crecimiento y varias sustancias ilegales te pueden ayudar a volverte más
musculoso. Pero, ¿cuál será el costo para tu salud? Algunos argumentaran que
años de descanso. Pero no hay ningún atajo: si te ejercitas continuamente y
comes saludablemente, los resultados se verán a largo plazo.
El
mundo de la resistencia no es inmune a la trampa. De hecho, anteriormente el
ciclismo en el Tour de Francia era el único deporte en que estaba permitido el
uso drogas para mejorar el desempeño (PEDs), sin embargo, su uso se ha
extendido al fisicoculturismo profesional. Ahora todos conocen sobre el castigo
de Lance Armstrong, y toda la decepción y vergüenza mostrada por mantener bajo
secreto el uso de PED por años. La vergüenza
y la deshonra por la trampa es la antítesis del credo espartano. Además
de todo, hay otra sutil pero poderosa diferencia en nuestro estilo de vida, la
cual radica en que durante las carreras espartanas no solo te enfrentas a otros
competidores, sino que te enfrentas a ti contra tus resultados del pasado, así
que ninguna droga puede anular ese hecho de enfrentarte contra ti mismo.
Creemos
que todo lo que necesitas para volverte fit es fortaleza visceral y placer por
entrenar. El equipo o las drogas no harán la diferencia. El punto integral de
la carrera Spartan es evocar algo profundo en ti que se descubre en el calor de
la batalla y en medio de la competencia. Tomamos tu zona de confort y la
rodeamos con cinta amarilla, como los policías lo hacen en una escena de crimen
para mantener alejada a la gente.
Nosotros
entrenamos para competir en nuestras propias carreras. Esto provee de un
sentido de propósito, una comunidad con un motivo, un benchmarking para saber
cómo estas no solo comparándote contra otros sino contra ti mismo. El simple
hecho de inscribirte a una carrera es un poderoso incentivo. Animamos a amigos
a inscribirse a un evento con un buen nivel de reto y aferrarse a él. La
carrera no es la única meta, también puede ser bajar de peso, o mejorar tu
resistencia o simplemente mejorar tu salud.
La
clave para mantenerte motivado es definir una recompensa o una consecuencia. Te
animamos a decirles a tus amigos para que te ayuden a ponerte en forma. Y
estarás motivado por el mero hecho de no fallar en algo que les dirías que
harías. Con el tiempo, este nivel de compromiso, incluyendo la inscripción y el
resto, se extiende a otros aspectos de tu vida. Eventualmente te encontrarás diciéndote
algo como esto: “Hice un compromiso conmigo mismo. El resto de mi vida me
mantendré fit”. No estarás dispuesto a negociar contigo mismo. Te habrás decidido
a correr cuesta arriba y nada se interpondrá en tu camino.
La
competencia atlética saludable como termino de aprendizaje suena cada vez más y
más ajena en donde más se necesita, esto es, en nuestros sistemas escolares.
Andy Weinberg, a quien presente anteriormente, estuvo un tiempo considerable en
una pequeña escuela liberal de artes. Continuamente recibía correos
electrónicos de padres expresando sus quejas como “tengo una pregunta sobre
esta calificación. Mi hijo dice que hizo un gran trabajo y por alguna razón
solo obtuvo una C en su clase, cuando merecía una B. ¿Me podría llamar para
hablar sobre esto?”.
La
respuesta estándar de Andy era: “Su hijo tiene 20 años. Él o ella es un adulto.
Están en la universidad. Déjelo arreglar este conflicto por el mismo”.
Te
daré un ejemplo de lo que estamos hablando. Había un jugador de futbol en la
misma escuela quien se metía en muchos problemas, incluyendo hacer fiestas en
los dormitorios, por lo que fue expulsado. Sus calificaciones eran mediocres.
Era el clásico loco de la clase. Así que su mamá envió un extenso correo
electrónico al presidente de la escuela, al decano de los estudiantes, al
entrenador, y al supervisor académico del muchacho, cuya esencia era: “deben
sentirse avergonzados. Cuando mi hijo se inscribió en su escuela, se supone que
ustedes lo cuidarían. Esto es una pena para mi esposo y para mí que solo haya
obtenido C´s en sus clases”.
El
decano no contesto, la carta era demasiado ridícula. El entrenador contesto:
“leer este correo me enferma del estómago. En algún punto de la vida, su hijo
necesitará responsabilizarse por sus acciones. Necesita salir de entre sus
faldas. Tiene 20 años, para estar llorando como un bebe”.
Incluso
cuando los chicos en esta escuela pueden tener cierta iniciativa, las
conversaciones normalmente demuestran un profundo sentido de derecho. Otros
profesores le dijeron a Andy que algunos chicos fueron y les dijeron: “Si usted
tiene un momento, profesor, necesito discutir sobre mi calificación. ¿Cómo pude
obtener una B? yo nunca he tenido una B en mi vida”.
Mi
amigo pudo responder: “A es para la excelencia. Tú eres un buen estudiante.
Eres un tipo inteligente. Pero no eres excelente, al menos, no todavía.”
Escuchar
una respuesta honesta como esa puede destrozar a muchos de estos chicos. Probablemente
eran chicos que solo habían recibido palmaditas en la espalda y caricias
durante toda su vida, independientemente de los logros que hayan obtenido.
“Tratar” se convierte en sinónimo de “triunfar”. Te apuesto que siempre les
habían dicho que eran excelentes. Sin embargo, en una universidad con
estándares académicos altos, podrían ser buenos, pero no eran excelentes, a
algunos el profesor les explicó: “es diferente aquí. Esto es lo que estoy
buscando. Si quieres realizar un trabajo de 10 páginas y recibir una A,
necesita ser un trabajo increíble. El tuyo no lo fue”.
Hoy
premiamos a nuestros hijos con placas, certificados e incluso trofeos por nada:
“felicidades hijo, lo lograste, ¡eres grandioso! No importa que el niño no haya
hecho ni mierda. Para ellos solo fue tiempo de juego. Incluso a nivel de
escuela preparatoria, los chicos participan en los partidos solo porque
necesitan jugar. Estoy de acuerdo que eso pase en las ligas infantiles, o en
las ligas recreativas, campamentos de verano y eventos similares, pero cuando
estás jugando en nivel pre universitario, juegas para ganar o para perder. Sí,
es un deporte de equipo, pero la meta del equipo es ganar, no dejar a todos
jugar. Tu hijo o hija tal vez no sea lo suficientemente bueno. Eso está bien.
Yo no estoy diciendo que él o ella no sean una gran persona, solo que quizá no
ha puesto el esfuerzo suficiente que se necesita para triunfar. Ningún padre, quiere
escuchar eso nunca. Es difícil para los padres digerir la realidad de que su
hijo simplemente no es el mejor.
Imagina
si corriéramos la Death Race de esta manera. ¿Qué pasaría si todos obtuvieran
su cráneo al final del día? ¿Cuál sería la motivación entonces? Si todos
obtienen un trofeo que no merecen, ¿para qué se esforzarían? Lo mismo ocurre en
la Spartan Race. No premiamos a la gente por tratar. Somos la única carrera de
obstáculos donde obtienes un castigo por fallar un obstáculo. No obtienes
ninguna recompensa hasta que termines. Si abandonas, no obtendrás una medalla.
No la ganaste.
No
quiero ser premiado con un trofeo cuando no alcance mi meta. No quiero ser
protegido del dolor. Si obtengo un trofeo cuando fallo, entonces después creeré
que me desempeñe al máximo de mi potencial. Y eso me impedirá ser mejor. Esta
es psicología básica. Recompensar un comportamiento solo alienta dicho
comportamiento. Recompensar de forma habitual el fracaso genera un carácter de
derrota. ¿Qué clase de actitud estamos alentando cuando damos a todos un
trofeo? Estamos alentando una actitud de auto gratificación que conduce a la
apatía, donde los logros carecen de significado y el esfuerzo o el trabajo duro
carecen de significado. El dolor de fallar, el dolor de la derrota – la idea de
evitar volver a sentir este dolor es lo que nos impulsa a trabajar más duro,
para ser mejor persona. Ninguna falla es tan grande como para no aprender de
ella. Ningún error es tan lamentable como para pasar el resto de nuestras vidas
arrastrándonos en el lodo debido a ello. ¡Los espartanos son resilientes!
Peleamos por recuperar lo que hemos perdido, y seguimos peleando
incansablemente.
A
diferencia del modelo de paternidad actual lleno de mimos y confort, los
espartanos creemos que nuestros chicos deben enfrentar la adversidad. En
tiempos antiguos, había un concepto de aprendizaje conocido como “fallar bien”
el cual animaba a los jóvenes espartanos a desarrollar las habilidades críticas
de resiliencia y auto determinación. Por ejemplo, a los chicos espartanos se
les proveía menos alimento del que necesitaban, forzándolos a buscar lo que
necesitaban. Frecuentemente entreno con muy poca o sin nada de comida, solo
tomo agua de coco durante una sesión larga de entrenamiento. Así como los
espartanos, entreno mi cuerpo para trabajar soportando el dolor y la
incomodidad. Solo colocándonos en un estado de desequilibrio podemos volvernos
más fuertes y más rudos.
Así
que ya sabes que nos gusta competir, pero ¿qué más define el principio
espartano respecto al fitness? Déjame comentarte algunos otros puntos clave:
A los espartanos
les gusta entrenar afuera.
Fuera de los confines del gym el escenario es poco predecible. Rocas, hojas,
pendientes, árboles, pasto, lodo – todos estos elementos se traducen en un
terreno irregular y retador, el cual tiene ventajas para el entrenamiento:
ajustes continuos de balance en los tobillos y rodillas hacen que trabajen
hasta los músculos y ligamentos más pequeños de la parte baja de tu cuerpo, así
como fortalece tu “core”. El terreno irregular también hace que tu cerebro
trabaje más duro, exigiendo toda tu concentración en cada paso para realizar
los ajustes necesarios en tu pisada de acuerdo a las condiciones de la
superficie. Utilizas más energía (léase: calorías) corriendo o caminando afuera
que la que utilizas en la banda debido a todos estos requerimientos musculares
adicionales. No serás mejor corriendo en las subidas si solo entrenas en la banda.
La
ciencia ha identificado otras ventajas de ejercitarse en exteriores. Estar
afuera te pone en un modo de “súper carga”, de acuerdo a un estudio de la
Universidad de Medicina y Odontología de Peninsula. Investigadores descubrieron
que aquellos que se ejercitaban en exteriores experimentaban una sensación de
bienestar y una reducción en los síntomas de depresión. Los sujetos también se
sentían revitalizados, tenían una disminución en la tensión y experimentaban
una elevación en la autoestima, comparados con aquellos que se ejercitaban en
interiores. Además de que la capacidad para broncearse con los rayos del sol es
una forma natural de potenciador, incrementando los niveles de serotonina,
mejorando la sensación de calma y mejorando tus sentidos.
El
entrenamiento al aire libre también es ecológico, significa que no utilizas
electricidad, ni desperdicias agua, y las huellas que dejas detrás son huellas
humanas, no carbón. Finalmente, entrenar afuera no requiere cuotas de gimnasio,
ni servicio de toallas, ni bebidas o agua cara – solo a ti, tus tenis y al gran
aire libre.
Los espartanos
normalmente entrenan juntos, pero no lo necesitan. Muchas de mis grandes hazañas de
resistencia las he realizado solo. También he realizado muchos eventos de
resistencia con algún compañero o como parte de un equipo. En la mañana
normalmente entreno con Andy, quien vive al lado y toca a mi puerta a las 4 AM.
Ambos somos increíblemente dedicados y disciplinados y necesitamos
retroalimentación del otro durante el entrenamiento. Probablemente has
experimentado el mismo tipo de beneficios de una relación así con un compañero
de entrenamiento en tu gimnasio o con alguien que ha corrido contigo como
preparación para una carrera de 10 kilómetros o un maratón.
Un
buen compañero de entrenamiento puede empujarte a ir más rápido cuando las
cosas van bien, pero se puede volver esencial cuando te has quemado en el
entrenamiento y empiezas a flaquear. Estas conspirando contra tu propia flojera
teniendo un amigo que te ayude con pos de alcanzar tus metas físicas.
Los espartanos no
entrenan en cosas muy específicas o especializadas. Todos hemos visto al ciclista
con brazos delgados que luce unos cuádriceps monstruosos. Todos hemos visto al
fisicoculturista con una musculatura perfectamente proporcionada pero que no
puede correr alrededor de su cuadra. Ninguno de esos individuos se desempeñaría
bien en una Spartan Race.
Por
décadas el movimiento fitness se ha basado en rutinas de gimnasio para entrenar
ciertas partes del cuerpo durante ciertos días: día de pecho, día de pierna y
demás. Así es como los fisicoculturistas profesionales entrenan actualmente. En
el escenario, después de todo, son calificados por el tamaño y la estética de
cada parte de su cuerpo, en relación con el resto. Estos atletas presentan las
rutinas para trabajar las diferentes partes del cuerpo en revistas
especializadas, y la mayoría de la gente que va al gym pretende emularlas
fielmente.
Desafortunadamente,
este tipo de entrenamiento no tiene mucho que ver con el mundo real. No hay una
situación en la vida real que requiera que realices múltiples repeticiones de
extensiones de pierna, a menos que estés realizando ese ejercicio en el gym. No
hay forma de que eso te prepare para situaciones inesperadas en la vida: un
chico en un brazo, una bolsa repleta con despensa en el otro, y un poco de lodo
que te envía tambaleándote en una dirección, requiere de cada musculo de tu
cuerpo para mantenerte de pie.
Una
Spartan Race está diseñada para incorporar la mayor cantidad posible de estos
retos. Una vez que el corredor está cansado, cubierto de lodo, y desalentado,
no podemos predecir cómo responderá a la mezcla repentina e inesperada de estos
elementos diversos.
Los espartanos
necesitan resistencia muscular más que músculos bonitos. Los levantadores de pesas, otros
atletas de fuerza, e incluso algunos fisicoculturistas se concentran en lo que
se llama “repetición máxima”: la cantidad de peso que pueden levantar en una y
solo en una repetición. Podrían fallar si intentaran realizar una segunda
repetición. Me esfuerzo por tratar de ver que tan útil es esto en el mundo real
durante la vida cotidiana. Quizá cuando alguien levanta un auto que está
atrapando otra persona, o alguna otra situación rara. En realidad, es muy
difícil que necesitemos una repetición máxima para cualquier cosa.
En
el mundo espartano, nos enfocamos en desarrollar la fuerza que puede ser
mantenida durante el tiempo y durante muchas repeticiones. Trepamos cuerdas
colgados sobre fosas de lodo. Cargamos cosas pesadas, durante la ruta.
Escalamos paredes e impulsamos nuestro cuerpo hacia el otro lado. Algunas veces
cargamos o ayudamos a otros, como soldados que se ayudan en el campo de
batalla. Lo puedes ver en los físicos en las carreras Spartan el día de la
carrera. Verás algunos hombres o mujeres musculosas participando en nuestras
carreras, pero en la mayor parte, nuestros atletas son esbeltos. Esta gente
luce fit y estupenda, y en su mayoría, tienen músculos que trabajan perfectamente no
solo músculos que lucen bien.
El
acondicionamiento espartano es diferente del fisicoculturismo. Está más apegado
a algo como el CrossFit, el cual pone énfasis en la resistencia muscular y
movimientos del cuerpo entero, así como ignora el uso de máquinas. De hecho,
nuestras carreras están llenas de hombres y mujeres que entrenan de esa manera.
El CrossFit es rudo, y funciona. Permite a la gente volverse fit y lucir bien.
Pero la gente que hace CrossFit no necesariamente entrena para ir afuera y
correr cuatro o cinco millas, mucho menos trece. Completar una Spartan Race
requiere una resistencia de buen nivel. Con el tiempo harás una Spartan Beast
como la que hicimos en Soldier Hollow, donde correrás, caminaras o gatearas
durante 13 millas. No es un camino en línea recta, más bien es un zigzag lleno
de obstáculos.
Me
he enfocado en la resistencia los últimos 20 años y se ha convertido en mi
pasión y mi refugio. Amo correr distancias que probablemente tú considerarás
locas, y lo hago con menos deliberación con la que tú escoges un restaurante.
No tienes que hacer tantos eventos de resistencia como yo, pero si necesitas
construir un corazón y unos pulmones poderosos para completar una de nuestras
carreras. Este es uno de los beneficios colaterales del estilo de vida
espartano, porque todos estos atributos te ayudarán a tener una vida más larga
y llena de significado.
En
reposo, mi corazón de 47 años late entre 45 y 55 veces por minuto – la mitad de
la frecuencia de mucha gente sedentaria. ¿Por qué es importante esto? ¿Cuál
corazón piensas que durará más? ¿El que late a 45 veces por minuto o el que
late a 90 veces por minuto? Así que me exijo a distancias más largas en estas
carreras de resistencia, durante la gran mayoría de mi vida, siento que cuando
no estoy corriendo, mi corazón aguanta menos estrés que el chico de al lado.
Los espartanos
necesitan ser flexibles.
Uno de los problemas más grandes que la gente enfrenta hoy en día, es la falta
de flexibilidad. Lo cual ha provocado una avalancha de problemas de espalda,
entre otras cosas. Ignorar la flexibilidad nos lleva a la gratificación
instantánea – la gente quiere músculos para la playa de forma rápida sin pensar
en su salud y bienestar a largo plazo. Muchos chicos dicen, “oh yoga, eso es
aburrido” o “eso es para chicas”. Eso no tiene sentido y es una prescripción
para una mala espalda y otras lesiones. Alguno de mis tíos me decía algo que se
ha quedado grabado en mi memoria hasta estos días: “una cosas es ser fuerte,
pero si tú eres flexible y fuerte, entonces eres verdaderamente fuerte”.
La
lista de atributos del fitness que se requiere para conseguir un buen estado
físico, es larga, pero he encontrado un ejercicio que pone a todas ellas
juntas: el burpee, también conocido como la sentadilla dinámica. La posición
inicial es de pie, luego lleva tu cuerpo a una posición de sentadilla hasta que
tus manos toquen el suelo. Rápidamente y en un solo movimiento, lleva tus
piernas atrás asumiendo la posición de lagartija; realiza una lagartija, y de
nuevo y en un solo movimiento, lleva tus piernas a la posición de sentadilla
para finalmente regresar a la posición inicial (de pie). De ahí vuelves a
iniciar otra repetición.
Piensa
sobre cuántos de los grandes elementos del fitness están involucrados en un
solo ejercicio. Solamente la sentadilla es el mejor ejercicio conocido por la
humanidad, trabajando tu cuerpo entero de tal forma que desencadena una cascada
de hormonas naturales de crecimiento y otros factores de fortaleza. Tan pronto
como mandas tus pies hacia atrás, estas en posición de plancha, lo cual es la
mejor posición para desarrollar la fortaleza del “core”. También mejorarás tu
condición cardiovascular debido a la naturaleza rápida del movimiento al hacer
varias repeticiones.
Creo
que el burpee es el ejercicio por excelencia por todas esas razones. De hecho,
si no quieres volver a estar enfermo en tu vida, haz 30 burpees al día. Esto
funciona, asumiendo que comes saludablemente. Estoy convencido que la
enfermedad viene de la inactividad del cuerpo. Es por ello que amo los burpees
tanto, porque se siente como se lubrican todas tus articulaciones y se oxigenan
todos los tejidos. Es una sensación diferente a la producida por el press de
pecho o la producida por una carrera brutal.
Recuerdo
cuando 60 minutos nos entrevistó a Andy y a mí, y nos dijeron que estaban
convencidos que deberíamos hacer algo que mostrará nuestro énfasis en el
burpee. Ellos lo habían conocido cuando entrevistaron a un chico en la carrera
de la muerte apodado como Big Evil. En un solitario confinamiento Big Evil pudo
realizar 1,000 burpees en un día, y el chico lucía, según ellos, como 270
libras de acero.
Como
ya has leído, cuando los corredores espartanos fallan al completar algún
obstáculo, son forzados a realizar 30 burpees. Escogimos los burpees porque son
un ejercicio rudo que vuelve la carrera más difícil; y escogimos 30
repeticiones porque determinamos, a través de ensayo y error, que es el número
de repeticiones de castigo que realmente te obliga a conquistar el obstáculo.
Si fueran 5 burpees, la gente se saltaría el obstáculo y haría los burpees de
castigo. Sin embargo, el realizar 30 burpees ya pone a pensar al corredor, ya
que 30 burpees implican un esfuerzo bastante considerable.
Este
libro no es un manual de preparación para una Spartan Race, aunque pronto
publicaremos uno de esos. Este es sobre ponerte en forma lo suficiente como
para sobresalir en tu vida cotidiana. Sabes que tan importante es para mí el
iniciar cada día con el entrenamiento. Pero no cualquier entrenamiento, sino:
un entrenamiento estilo militar con calistenia, cardio y otras formas de
acondicionamiento. La meta es trabajar la musculatura de tu cuerpo entero
elevando la frecuencia cardíaca y desarrollando la flexibilidad. La mayoría de
nosotros no cargamos los grandes pesos que hay en el gym. La fuerza bruta y la
musculatura excesiva no es nuestra meta.
Lo
importante es mantener nuestro cuerpo en movimiento, y eso se puede realizar de
diversas formas. Nadando, por ejemplo, es otra de mis actividades favoritas,
una que activa cada musculo de tu cuerpo, incluyendo tu corazón, sin poner
mucho estrés en tus articulaciones. El ciclismo es otra gran opción como
ejercicio matutino. Independientemente de cual ejercicio escojas, después de
esa hora de sufrimiento – aunque yo lo amo – vivo el resto del día de forma
placentera. ¿Qué es más fácil, ejercitarte por una hora en la mañana o estar
infeliz con tu cuerpo 24 horas al día?
Los
investigadores han encontrado que el ejercicio matutino ofrece beneficios
específicos. Ejercitarte duro en la mañana también genera en la persona un
sentido de “puedo hacer cualquier cosa”. En Spark: The Revolutionary New
Science of Exercise and the Brain, John J. Ratey escribe, “llendo más allá de
donde pensabas que podías, esforzándote, estresándote y persistiendo a pesar
del dolor por aunque sea un minuto o dos, algunas veces trasciendes a un raro
estado de conciencia, en el cual sientes que puedes conquistar cualquier reto”.
Uno
de mis mejores principios para entrenar que he encontrado esta creado por el acrónimo
FITT, el cual involucra frecuencia, intensidad, tipo de ejercicio y tiempo.
Imaginemos una mujer caminando en una banda como ejemplo. Su frecuencia es tres
días a la semana, cuatro días a la semana, o simplemente tantos días a la
semana como pueda. Su forma de ejercicio es caminar, no correr a toda
velocidad, así que su intensidad es moderada. El tiempo depende de ella. Puedes
colocar todos esos parámetros en tu línea base y cambiarlos de acuerdo al
principio de carga progresiva. Si te sientes bien y superas las rutinas, ajusta
cualquiera de las variables para volverlo más demandante. Si es demasiado
difícil, retrocede un poco.
Otra
de mis actividades favoritas es el entrenamiento por intervalos de alta
intensidad. Mejor conocido como HIIT, el cual alterna períodos cortos de actividad
furiosamente intensa con períodos cortos de ritmo lento. Estos cambios bruscos
de actividad intensa fuerzan al cuerpo a adaptarse de forma positiva.
Investigadores de la Universidad de Bath encontraron que correr a toda
velocidad durante sets de 30 segundos provoca que las hormonas se sigan
generando hasta dos horas después del arranque rápido. Aunque necesitas correr
como si tu vida dependiera de ello. Parafraseando al entrenador de la NFL Denny
Green, alta intensidad significa lo que tú quieras que signifique.
Tal
vez hemos evolucionado gracias a este efecto. Aquellos ratos de ejercicio de
súper intensidad representan los movimientos del cuerpo en aquellos momentos de
“corre por tu vida” cuando los humanos tenían que escapar de sus depredadores
prehistóricos. Para sobrevivir en aquella situación de matar o morir, tenía
sentido que la sangre fluyera más rápido y con las hormonas necesarias,
quemando grasa, construyendo músculo y promoviendo el desarrollo del cerebro.
Ahora
nuestra sobrevivencia no depende del balance de nuestro ejercicio diario, así
que necesitamos diferentes formas de motivación. Puedes ejercitarte para estar
fit y atlético. Puedes ejercitarte para encontrar pareja. Incluso a largo
plazo, nuestra supervivencia no depende de ese balance. El Dr. Ratey dice, “el
hombre paleolítico tenía que caminar de 5 a 10 millas en promedio al día solo
para comer”. Probablemente no seas devorado por un animal salvaje porque no
estás en buena forma, pero es más probable que mueras por cáncer, alguna
enfermedad cardiaca o diabetes tipo 2. La única diferencia real es que tu
muerte será larga y dolorosa en vez ¡de corta y dolorosa!
El
ejercicio al que te comprometas no tiene que ser como el que hacemos como
preparación para una Death Race o Spartan Race. Puede ser tan simple como
caminar más durante el día. Para alguien que tiene una vida sedentaria necesita
establecer una meta: quiero ser físicamente activo. No necesito ejercitarme a
diario, solo estar físicamente activo.
El
camino al éxito está rodeado con muchos tentadores lugares para descansar, pero
nada se iguala al sentimiento de continuar en el camino cuando sientas que te
estas rindiendo. Cada paso que des te acerca más a tu meta. Como Aristóteles
decía, “somos lo que repetidamente hacemos”. Imagina donde estarías si ya
hubieras empezado. Así que empieza ahora. La mejor forma de terminar es
empezando. Puedes irte a la cama satisfecho con el esfuerzo de hoy o estresado
por lo que tienes que hacer mañana. Puedes trabajar duro para tomar esa
pendiente o nunca sabrás lo que la gente puede ver desde la cima.
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