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sábado, 19 de marzo de 2016

Capítulo 3. Aprendiendo el hábito de superar obstáculos.



Si ya estas cruzando el infierno, no te detengas.
 Winston Churchill

Te has estado revolcando en el lodo y sumergiéndote en zanjas durante buena parte del trayecto. Grandioso. ¿Ya estás listo para recibir una palmadita de felicitación en la espalda? Espera, frente a ti aún hay un muro de 12 pies de altura. Y debes treparlo. Solo que dicho muro esta engrasado, así que es probable que antes que alcances la cima, habrás caído 11 pies y medio sobre tu trasero. Así que tendrás que intentarlo una y otra vez, cada fracaso es más rudo que el anterior, hasta que finalmente alcanzas la cima. ¡Vamos Joe!, ¿es en serio? En verdad tenías que engrasar el muro, ¿Cómo si no fuera lo suficientemente difícil ya?

“Spartan Up!” el título de este libro es una frase que le grito a la gente todo el día en cualquier situación. Dichas palabras tienen un significado simple: ¡deja de quejarte y hazlo! “Spartan Up!” es una actitud, el factor X, una forma de vida que podría resumirse así: los retos me hacen más fuerte. Los errores me hacen esforzarme más. Noquéame y te aseguro que me levantaré. 

Para mí, los antiguos espartanos poseían valores más completos y profundos  de lo que podamos entender y apreciar hoy en día. Honor, valor, fortaleza – esas son las cosas que hacen que vivamos una buena vida. Honorablemente. Ellos trabajaban en equipo, cada hombre vivía para proteger y ayudar a cualquier otro hombre, defendían a su hermano hasta asegurarse que todos alrededor estuvieran a salvo. Existía una  hermandad única e inquebrantable entre esos hombres. Y nadie era ni más fuerte ni más importante que otro.

Estas ideas se reflejaban desde el despiadado entrenamiento que empezaba cuando los niños espartanos eran retirados de su hogar a los seis años de edad y los reclutaban para recibir el entrenamiento militar que más tarde se convertiría en su razón de ser. A los doce años, la intensidad de su entrenamiento se incrementaba. A los 20 años, estaban listos para enlistarse en el ejército espartano, lo cual indicaba que ya estaban a la altura de los demás soldados. Aquellos que lo lograban se convertían en guerreros y en miembros del mejor ejército del mundo de ese entonces.

No necesitaban armas. No tenían catapultas. Ellos eran las armas. Tan solo considera la armadura que necesitaban cargar mientras marchaban y mientras peleaban, incluso, algunas veces durante varios días. Si tuvieras que usar dicha armadura, estarías desesperado después de cinco minutos.

Cuando pienso en los espartanos, también pienso en la camaradería, la cual era una combinación de lealtad y trabajo en equipo que trascendía al individuo. Eso requería que cada uno diera su máximo esfuerzo, con la finalidad de formar parte del equipo, así que cuando lograban, se enorgullecían al grado de amarlo.

Los espartanos se comportaban de esa forma en respuesta a las adversidades a las que se enfrentaban. Pero también su sociedad tenía un lado obscuro, cuando sus hijos nacían y tenían algún defecto, lo lanzaban al vacío, para que luchará contra su propia debilidad hasta la muerte.  La idea era contar con hombres lo suficientemente fuertes para defender y proteger sus recursos limitados.

Si solo se consideran esas cosas, podrían haber sido calificados como bárbaros. Pero también tenían cualidades, como el código de honor con el que vivían, su camaradería, el respeto que tenían por las mujeres, el honor que mostraban en la batalla – las cuales los redimían y los volvían un pueblo digno de emular.

Pude reaccionar al abuso que recibí de niño convirtiéndome en un abusador. Sin embargo, me convertí en un atleta con el honor y la resistencia de un soldado espartano. ¡Y eso es lo que hacemos en Spartan Race! Para convertirte en un verdadero espartano no solo en la carrera sino en todos los aspectos de tu vida, tienes que ser audaz e implacable. ¡Esa es la meta aquí! Ya sea que te encuentres en un ejército, o enfrentando un problema en el trabajo o la escuela. Nosotros usamos la carrera de obstáculos como nuestra herramienta principal para tratar de transformar vidas, y la vida en sí misma, es una carrera de obstáculos.

Barreras físicas, retos profesionales, lesiones, enfermedades, adicciones, mala suerte, duda – e  incontables obstáculos más aparecerán frente a ti en algún punto de tu vida. No se presentan uno a la vez, de hecho, normalmente un obstáculo parece estar acompañado de muchos más, hasta pareciera que el universo entero está conspirando en nuestra contra. Es común que un divorcio se presente en respuesta a algún problema de salud o este acompañado por el hecho que a tu lado se mude algún vecino loco.

En la vida, el obstáculo más grande, el muro más alto, puede ser imaginario. Puede que exista solo en tu mente. Algunas personas suelen estar atoradas en algún punto por años debido a que se paralizan por el miedo al cambio. Pueden estar echados en el sofá. Pueden estar atados a una relación más que muerta. Pueden estar atorados en una malísima carrera profesional. Pueden estar presos en una cárcel diseñada por ellos mismos.

Hemos sido condicionados a pensar que nosotros como sociedad debemos hacer uso de todos los recursos para eliminar los obstáculos de nuestras vidas,  en vez  de enseñar a la gente como superarlos. “Lo fácil” es el gancho mercadológico más grande de todos los tiempos. ¿Quieres un abdomen de lavadero? Fácil, compra este aparatito. ¿Quieres un gran físico? Fácil, tomate esta pastilla. ¿Quieres que la gente te note? Fácil, hazte una cirugía plástica.

Desafortunadamente, el efecto de estas tan aclamadas soluciones resulta ser lo opuesto que se intenta. Cuando el obstáculo más grande al que te enfrentas durante el día es encontrar la forma de levantarte del sillón para caminar al refrigerador, entonces ese es el nivel de dificultad para él que estás preparado para sobrevivir. Cuando te confrontas con el equivalente en la vida real de la pared engrasada de 12 pies (ser despedido, sufrir un divorcio, perder a un ser querido) serás aplastado como un insecto en el parabrisas.

El gran repunte de los divorcios en décadas recientes, es debido al aumento de padres hiper indulgentes e hiper protectores, así como de padres helicópteros, ha propiciado al menos dos generaciones de niños “lo mínimo indispensable”. Los niños de esos hogares crecen sin enfrentarse a pruebas de resistencia física, sentir la naturaleza, y sin conocer los misterios y ritos del hombre y de la humanidad, por tal motivo estamos creando seres más cerebrales, aislados y temerosos del mundo exterior. Físicamente nos hemos convertido en extraños de la naturaleza. Spartan Race provee a la gente una experiencia temporal que puede ser visto como un rito de iniciación, y es por eso que la respuesta es como un reto de vida, espiritual e incluso metafísico.

Lo fácil nunca ha sido mi forma de hacer las cosas. No soy un atleta o un intelectual dotado naturalmente; solo me esfuerzo muchísimo hasta que consigo lo que quiero. Sé que hay formas más fáciles de hacer las cosas, pero la persistencia siempre gana. No fui el mejor estudiante de preparatoria. No le veía sentido al estudiar duro, y no fue mi prioridad. Después, seis meses antes de que me graduara de la preparatoria, uno de mis compañeros de clase me dijo, “¿por qué no vamos a Cornell?” está en Ithaca, cerca de donde vive tu mamá.

Tome esta idea como un nuevo reto, y eche a volar mi imaginación. El papá de este chico era profesor en Cornell, así que rápidamente nos inscribimos. Afortunadamente ellos me rechazaron. ¿Afortunadamente? Si, estaba agradecido más que decepcionado porque yo amo la palabra “No”. De hecho, esas son mis dos letras favoritas en el alfabeto inglés. Ese rechazo solo me hizo esforzarme más  para lograr mi objetivo.

Así que hice mi investigación y encontré una rendija en el sistema: podría tomar clases ahí sin ser aceptado formalmente como estudiante. Así que asistí a clases, aplicando y reaplicando para la admisión en cada oportunidad. Me rechazaron tres veces, hasta que finalmente me aceptaron. En mis semestres como “no estudiante” solo pude tomar un número limitado de materias, así que mi último semestre tenía que cubrir 28 créditos o 9 materias. Fue una pesadilla, pero para entonces ya había aprendido como estudiar. Uno de mis profesores compartió conmigo una técnica para almacenar información en mi memoria de largo plazo. Cada noche llegaba a casa y escribía todas mis notas de clase. El proceso fue laborioso, pero funcionó. Nunca más tuve que estudiar para mis exámenes.

Cuando me topaba con algún obstáculo me imaginaba que movimientos hacer para pasarlo. A veces no era fácil, y me tomaba algún tiempo, pero lo lograba. Y habiendo conquistado el obstáculo, me sentía mejor preparado para cualquier obstáculo futuro que me encontrará en mi vida.

Si sabes los obstáculos que te encontrarás, ¿Cómo te preparas para enfrentarlos? Uno de los principios clave de la Spartan Race es que llenamos nuestras rutas con obstáculos para que la gente los atraviese. Esencialmente, estás practicando el encontrarte con lo inesperado. Suena paradójico, pero no lo es. Las fuerzas especiales como los Navy Seals y los boinas verdes entrenan de esta forma todo el tiempo. El combate cuerpo a cuerpo es el último ejemplo para el enfrentamiento de cosas inesperadas, y aquellos que sobresalen en dichas situaciones se han entrenado a sí mismos para estar listos ante cualquier cosa que se topen. Los grupos de operaciones especiales son fascinantes por esa razón – son muy buenos bajo presión, se desempeñan bien incluso en las condiciones más extremas. Esto es un tremendo atractivo por lo cual muchos de nosotros los admiramos.

Por miles de años, la inducción y el entrenamiento en la milicia fue en sí mismo un rito de iniciación para los hombres jóvenes (y a menudo, mujeres jóvenes) alrededor del mundo. No estoy diciendo que Spartan Race sea un rito militar, pero  si la ubica entre un acto de entrenamiento militar y un rito social que se parece mucho a un acto de iniciación. No todos nosotros tuvimos experiencia en combate, y es precisamente por enfrentar a lo inesperado, que nos avocamos a entrenar afuera en la naturaleza en vez de hacerlo en el gimnasio. Correr cuesta arriba y luego de bajada con variaciones en el terreno y en el clima es diferente a correr en la banda dentro de una habitación con clima controlado.

Considera el ejemplo de Sarah Marbach, quien como estudiante universitaria de 20 años pesaba 440 libras. Ella estaba inmersa en una rutina en la que iba a clase, regresaba a casa, comía, luego iba al trabajo, para luego regresar a casa, y comer. Los doctores le dijeron a esta chica de 20 años que no podría llegar a los 30 si no cambiaba sus hábitos.

Su madre tenía una cirugía gástrica bypass, y estaba alentando a Sarah para realizarse el mismo procedimiento. Finalmente Sarah se inscribió a un seminario de salud para someterse a este procedimiento médico. Gradualmente, entendió sus terribles circunstancias de salud y la sentencia de muerte en la que estaba hundida. “Sabía que esta iba a ser la herramienta que necesitaba para salvar mi vida”, ella recuerda.

Durante la segunda mitad del 2009, para someterse a la cirugía, Sarah tuvo que cambiar su estilo de vida, reduciendo su ingesta de calorías e incrementando la frecuencia de su entrenamiento. En el momento que ingreso a la sala de operaciones pesaba 330 libras, 110 menos de lo que pesaba en el seminario. Después de la operación, continúo con sus hábitos saludables. Organizó su horario entorno a sus clases de ejercicios favoritos: spinning, kickboxing y zumba. Comía solo cuando le daba hambre, no por aburrimiento. Contrato a un entrenador personal  para que la guiará en sus entrenamientos de pesas.

Sarah decidió participar en una carrera, algo que habría sido impensable cuando pesaba 440 libras. Ella estudió muy bien los ejercicios que le permitía hacer su operación y empezó a correr. Completo una de 5 kilómetros, luego una de 10 y después medio maratón. En ese punto, su cuerpo ya tenía un peso normal de acuerdo a su estatura. “Me empecé a sentir genial sobre mí misma y mis logros”, recuerda.

Después ella escuchó sobre Spartan Race. “Estaba ansiosa por el reto, pero también un poco intimidada”, dice. “Cuando escuche que The Biggest Loser patrocinaba un equipo que competía en una versión más pequeña que la Spartan Beast, no dude en tomar la oportunidad  de participar con ellos.

El momento de la verdad llego el primero de junio de 2013, cuando Sarah estaba en la línea de salida con sus compañeros de equipo “Biggest Loser”. La carrea inició subiendo una montaña y Sarah tomó la pendiente trotando. Cada vez que empezaba a decaer, las palabras de su padre la impulsaban, o alguno de sus compañeros de equipo le gritaba: “¡lo lograrás, esto es todo tuyo!”

Después vinieron los obstáculos. Fueron retadores en muchos sentidos, ella dijo. “Sin embargo, estaba ansiosa por intentar cada uno, incluso si fallaba hacía mis burpees de castigo, estaba concentrada en que yo era capaz de completar el reto y ni siquiera los burpees lo impedirían. Trepe por paredes de 6 a 8 pies de altura, corrí a través de llantas, subí un saco de arena a una montaña y luego de regreso, arrastre un bloque de concreto cuesta arriba y de regreso, levante una llanta, trepe una muro inclinado con cuerdas y gatee entre lodo y debajo de un alambre de púas”.

Mientras iba por la montaña, ella escuchó una voz detrás de ella. “No sabes cuánto me has inspirado”, grito uno de sus compañeros de equipo. Dice ella, “el solo saber que era capaz de inspirar a otros compañeros de carrera solo por no tomar el camino fácil, es un sentimiento asombroso”. Realmente correr se convirtió en un parte aguas en mi vida, y la Spartan Race no fue la excepción.

Recibió ayuda de diferentes formas: muchos de los Spartans ayudaron a Sarah a pasar las bardas. Ella fallo al intentar completar el muro de piedra, las estacas, trepar la cuerda, lanza y el pasa manos. Estuvo obligada a realizar 30 burpees en cada fallo. En lugar de ver esto como fracasos, los vio como áreas que mejorar para la siguiente Spartan Race.

En el mundo espartano, reconocemos que la clave del éxito es el compromiso. La mejor forma de comprometerse es dar el primer paso, en lo que sea que te propongas. Cuando inicié a pedalear de Vermont para ver a mi familia en Long Island, estaba comprometido. A la mitad del camino, estaba exhausto, me dolían los músculos, pero no tenía más opción que seguir pedaleando. Una vez que te inscribes a una Spartan Race, y les cuentas a tus amigos sobre ello, te comprometes más. Ya no puedes echarte para atrás, no solo por ti, sino por el compromiso que adquiriste con los demás. Esto debe motivarte con honor y comprometerte para estar en la línea de salida listo para la carrera.

Cada obstáculo en la Spartan Race pone a prueba el cuerpo humano de formas diferentes. Aquí algunos ejemplos de los obstáculos clave que encontrarás en la mayoría de las Spartan Races y el atributo físico que ponen a prueba:

·         Pasa manos: fortaleza de la parte superior del cuerpo
·         Caminata en estacas: equilibrio
·         Cuesta arriba: fuerza cardiovascular
·         Lanza: coordinación ojo mano
·         Jalar bloque de cemento: resistencia

La belleza de las carreras de obstáculos es que exponen tus debilidades. Tal vez seas un gran maratonista pero te falte fuerza en la parte superior del cuerpo. Tal vez seas muy fuerte pero te falta resistencia para correr cuesta arriba. No importa que tan bien preparado estés para enfrentar los retos de la vida, alguna debilidad debes tener. Tal vez seas grandioso haciendo dinero pero te falte habilidades para relacionarte. Tal vez seas lo suficientemente fuerte para sobreponerte a enfermedades, pero tengas dificultad para sobreponerte a la culpa emocional.

El entrenamiento para la carrera de obstáculos está diseñado para darte la confianza de enfrentar tus debilidades. Solías mirar fijamente la cuerda y te preguntabas como demonios lo ibas a lograr. Pero tú lo intentaste y seguiste intentando, y ahora dominas la cuerda. Si puedes pasar ese obstáculo, entonces después puedes aprender a dominar las adicciones, los malos hábitos, la inercia, la infelicidad y cualquier cosa que te haga daño.

No importa que forma tome el obstáculo en tu vida, se supone que no debería estar ahí. Cuando yo participaba en carreras de ultra resistencia, en plena marcha algo inesperado se presentaba, algo para lo que no había entrenado. Aprendí que puedes entrenar para enfrentar hechos imprevistos. Afirmamos que puedes desarrollar una mentalidad que le permita a tus instintos tomar el control cuando algo aparezca frente a ti. Una vez entrenada, tu mente no se nubla por la confusión provocada por lo inesperado. En vez de ello, el obstáculo inesperado le da forma a tu concentración. Puedes procesar la nueva información y ajustarte a las nuevas circunstancias sobre la marcha.

La pared engrasada de 12 pies involucra numerosos retos físicos en un mismo evento. Trepar una pared cuando estas realmente cansado y lograrlo es bastante difícil, y se vuelve más difícil aun cuando el muro esta engrasado. Tu agarre es muy importante, tus pies inician a moverse frenéticamente para mantenerte subiendo, y la menor vacilación te puede enviar de regreso al suelo. Para un Spartan, la primer respuesta a un reto no es preguntar si se puede o no – es cuestión de hacerlo o no. Y para los Spartans siempre se puede, no importa cómo. Y si no se pudo pasar el obstáculo, entrena hasta que lo logre.

Nuestros participantes corren no solo para terminar el evento, también corren contra reloj, para poder compararse con el tiempo de otros competidores o con sus propios tiempos anteriores. Puedo argumentar que el mayor obstáculo de todos es el tiempo. Un Spartan o esperanza Spartana debe forjar una nueva relación con el concepto de tiempo. Cada minuto en este planeta es precioso. Se nos ha asignado una cantidad finita de tiempo, y no sabemos qué cantidad es. Por esa razón, considero la administración del tiempo como un reflejo del carácter de cada quien. ¿Estamos haciendo nuestro trabajo o lo evitamos? ¿Estamos educando a nuestros hijos o los estamos malcriando? ¿Estamos comprando comida saludable o comida chatarra?

A la mierda las galletas

La mayoría de tus decisiones en la vida diaria no son de vida o muerte. El reto para todos nosotros es que tenemos muchas opciones, la mayoría de ellas diseñadas para hacer las cosas cada vez más fáciles. Aparatos que hacen la vida cada vez más cómoda, ofertas que nos permiten no cumplir con compromisos personales, píldoras para ayudarnos a estar despiertos, píldoras para ayudarnos a dormir, “rutinas de entrenamiento” donde sostienes un pedazo de metal que se sacude, atajos en abundancia. Los Spartans no buscan los atajos; nosotros tomamos la ruta larga porque es la opción que ofrece la recompensa más grande. Nosotros retrasamos nuestra gratificación, incluso si la gratificación no está garantizada.

Recuerda el anuncio de Shackleton: “HONOR Y RECONOCIMIENTO EN CASO DE ÉXITO”. Su sacrificio no garantizaba nada. Solo les daba una oportunidad de gloria.

Esto siempre es difícil de vender. La gente de forma natural no escoge primero sufrir con la esperanza  de tener placer después, por eso es que 2 de cada 3 adultos en el país padece sobrepeso u obesidad.  Mucha gente lleva vida sedentaria, y enfermedades crónicas como diabetes tipo 2 se están incrementando drásticamente debido a ello. 83% de estas enfermedades se pueden evitar a través de una mejor dieta, ejercicio y dejar de fumar. Y no exageró si digo que la medicina número uno es el ejercicio.

La recompensa rápida, tiene una poderosa atracción. Por eso es que la mayoría toma el camino fácil. El camino difícil es el menos transitado. Aquellos hombres que Shackleton reclutó pudieron quedarse en casa en sus camas calientitas con sus esposas, pero ellos eligieron demorar su gratificación. La gratificación demorada es una idea abstracta a la cual es difícil asirse. ¿Cuándo fue la última vez que te pusiste feliz por algo o alguien, tal vez tú, que estuvo retrasado?

“Estoy atorado en el tráfico y llegaré retrasado debido a ello, ¡increíble!”
“El vuelo esta demorado, y tendrás que dormir en el aeropuerto, ¡fantástico!”
“Su pedido se ha demorado en el almacén, así que la ropa no llegará antes de sus vacaciones, ¡fabuloso!”

Nadie diría eso.

En el mundo espartano, tenemos que creer que en muchos casos, la gratificación es algo que debe ser retrasado o demorado para alcanzar el éxito. Esta teoría ha sido validada en el mundo de la ciencia, el experimento más notable al respecto fue  el llamado “experimento de la galleta”. ¿Galletas? Golosinas horneadas no suena muy espartano, pero tiene todo que ver con la mentalidad espartana y los cimientos de nuestra filosofía. También es una de las claves para alcanzar el éxito en la vida.

En 1972, un investigador de Stanford con el nombre de Walter Mischel tuvo una idea para un experimento que se volvió muy famoso y ha sido estudiado y debatido hasta la fecha. Mischel le ofrecía a niños su golosina favorita: un malvavisco, una galleta o un pretzel. Él les dijo que podrían comer uno en ese momento, o podrían esperar 15 minutos y comer dos. Una decisión simple. Después dio seguimiento al éxito subsecuente de esos niños cuando se convirtieron en adultos. El resultado fue que aquellos niños que rechazaron la primera galleta se convirtieron en adultos más exitosos comparados con aquellos que la tomaron a primera instancia. Los que rechazaron la galleta se convirtieron en los ganadores.

Jose Albanil, un diseñador gráfico de Scottsdale, Arizona, sabía la esencia del experimento de la galleta. Él estuvo entrenando en la Expo de Salud y Fitness de Arizona, una rutina estilo espartano, antes de la carrera programada. Después del calentamiento, el entrenador hizo junto con los demás 50 sentadillas, luego 30 burpees y después 30 planchas, un trabajo del core y espalda baja del demonio. Después vino la cargada de costal alrededor del edificio. Jose dijo, “estaba empezando a sudar en serio”. Mis manos me temblaban, no hubiera podido sostener ni una taza de café aunque mi vida hubiera dependido de ello.

Sus compañeros aprendices empezaron a dar vuelta en las esquinas, no hacían las repeticiones completas y acortabas las series. En esencia, aquellos individuos “tomaron la galleta”. Jose estaba determinado a completar la rutina como estaba pre-escrita y cosechar todos los beneficios después. El hizo el trabajo más inteligente. El descubrió que mientras más lejos pudiera lanzar su saco de arena antes de recogerlo, lo podría hacer más rápido. Fue duro hacer esos lanzamientos, y muchos eligieron no hacerlo. Así que el escogió primero el dolor y después la recompensa, al verdadero estilo espartano. ¿Quién crees que prevalecerá en la carrera espartana, o en un campo deportivo, o en una sala de juntas – él o la gente que toma los atajos y solo busca la recompensa inmediata?

Correr con peso es uno de mis obstáculos favoritos y puede dar una idea de cómo nos desempeñaríamos en la prueba de la galleta. Tus pulmones se están exigiendo, tus piernas se sienten como hule, pero debes seguir en marcha, cargando un objeto grande y pesado cuyo peso no está uniformemente distribuido. Lo puedes intentar cargar en varias posiciones y de hecho puedes resolver la incomodidad de forma inmediata simplemente bajando el objeto. Pero si lo mantienes arriba, puedes experimentar el reto y al final cosecharás los resultados de mejorar tu resistencia muscular y mejorar la fuerza de tu agarre.

Creo que la gratificación instantánea, lo cual mide el test de la galleta, es la razón número uno por la que fallamos como humanos en muchos aspectos de nuestras vidas. Para mí no hay un símbolo más grande de gratificación instantánea en nuestra sociedad que la tarjeta de crédito. Si no tienes actualmente el dinero para comprar algo, pero ¿lo quieres de todas formas? No te preocupes, cómpralo ahora y págalo después; no importa que con los intereses pagues el doble del costo real del artículo. Nuestro romance momentáneo con el financiamiento fue la mayor contribución a la crisis financiera del 2008, lo que provoco crisis personales y familiares en los hogares de Estados Unidos.

Estoy preocupado por los estragos en tu vida causados por las continuas fallas en el test de la galleta. Todo lo que tenemos al iniciar un día, es ese día, y ni siquiera tenemos garantizadas las 24 horas. El primer test de la galleta con el que te encuentras en el día es cuando te levantas. Si decides quedarte en la cama otro rato, ya estás listo para comerte la galleta. Pero si sales de la cama y te embarcas en un día productivo, pospones la gratificación hasta ganar una estrella en la frente. Estoy convencido que la mejor forma de iniciar el día es con ejercicio vigoroso. Escoge una rutina para iniciar y luego mejora todo lo que sigue. Hazlo todos los días, cotidianamente, y cambiarás tu vida profundamente para mejor.

¿Qué tan seguido aceptas la galleta? ¿Te levantas temprano y te ejercitas o tomas la galleta y te quedas en cama?¿Aceptas la galleta y te la pasas bebiendo con tus amigos toda la noche?, o te vas a dormir temprano y al otro día te despiertas temprano y tomas dos galletas para ser más productivo? Si terminas la rutina rápido y duermes lo suficiente, tú podrás disfrutar muchas galletas después. La única manera de enseñar lo opuesto es a través de la experiencia – necesitas sentir que tan malo es cuando no te quedas en el camino y suspendes una clase o pierdes un cliente valioso. Por el contrario, necesitas ver que tan bien se siente conseguirlo, mirarse en el espejo y ver un abdomen bien definido, tener a gente que te dice lo bien que te ves. En esencia, estas reconfigurando tu cerebro.

Abundan ejemplos de personas que han aceptado la galleta ahora con consecuencias negativas, algo así como la postergación en la escuela o en el trabajo hasta que tarea manejable se convierte en una crisis. Puedes posponer una tarea debido a una fiesta, pero solo piensa en el peso sobre tus hombros que te librarías si ya hubieras terminado con dicha tarea. Es lo mismo en el lugar de trabajo. Piensa acerca de lo que necesitas terminar cada día, haz una lista, y cúmplela. Solo porque ya son las cinco en punto no significa que te debas rendir y dejar algo para mañana. Continúa hasta terminar, quita esa tarea de tu lista e inicia con una nueva tarea la mañana siguiente.

Incluso en los quehaceres menores y las tareas se ajustan al concepto de “come la galleta después”. Nadie quiere aspirar, lavar el baño, o hacer la despensa. Si tareas como estas se dejan para después, tareas simples te pueden complicar severamente tu vida en algún momento. ¿Es mejor comprarte un par de tenis que pagar el recibo de la luz a tiempo? Posponlo algún tiempo, y la fecha de pago habrá vencido solo por haberlo dejado un par de semanas. Gastarás más dinero por recargos que lo que gastaste en tenis. Momentos como este son perfectas oportunidades para practicar la mentalidad de “acepta la galleta después”. Esforzarse cada día para terminar lo que se necesita que este hecho, y tus galletas estarán más sabrosas en el largo plazo. 

La ciencia ha descubierto que la gente más exitosa no es la más inteligente o la más talentosa, sino la que más se esfuerza. Geoff Colvin, autor del libro titulado “el talento está sobrevalorado”, dice que el aspecto decisivo de las personas con más alto desempeño no es su talento sino su empeño para practicar intensamente y durante mucho tiempo. En “como triunfan los niños” Paul Tough compara estudiantes de carreras técnicas con egresados de la preparatoria. En teoría, todos tienen igual inteligencia y credenciales equivalentes, pero los estudiantes egresados de la preparatoria normalmente tienen ingresos más altos. ¿Por qué? Porque ellos tienen el hábito de completar tareas, en este caso la de graduarse de la preparatoria. También notó que cada chico que obtuvo un título en carrera técnica, había fracasado en la preparatoria – algunas ocasiones debido a circunstancias extenuantes que son una pena – pero la mayoría simplemente abandono la preparatoria, y este comportamiento de “abandono o fracasar” parece tener un efecto a largo plazo.

De la misma forma, los chicos que resistieron 15 minutos para obtener dos galletas no eran necesariamente inteligentes. Ellos solo tenían lo que Angela L. Duckworth, una investigadora de la universidad de Pennsylvania, llama “GRIT”. El diccionario Webster define “grit” como “dureza, granuloso, partícula abrasiva”. Grit es utilizado para alisar una superficie áspera. Un pequeño material rasposo en tu calzado puede provocar ampollas sangrantes. En una persona, significa inflexibilidad y resolución. Grit es “aferrarse”. Tienes que aferrarte a algo.

Los espartanos son aferrados o no son verdaderos espartanos. Completamos nuestras metas a través del esfuerzo continuo. La salud y la buena condición física no se consiguen con un solo esfuerzo monumental. Sino que son alcanzadas a través del esfuerzo continuo, focalizado y extenuante. Puedo pensar en muchos individuos que tenían un gran talento en sus deportes y nunca alcanzaron el éxito en su carrera. El ex mariscal de campo de la NFL Jeff George, por ejemplo, tenía uno de los mejores brazos que la liga había visto. Prácticamente tenía un lanza cohetes pegado a su hombro derecho. Pero estuvo rebotando de equipo en equipo y nunca fue verdaderamente exitoso para conducirlos a un título y tampoco obtuvo muchas victorias. Parecía que le faltaba esa cualidad intangible que los mariscales de campo espartanos como Johnny Unitas, John Elway y Tom Brady tenían. A él le faltaba aferrarse (grit).

Después están aquellos que tienen un talento modesto pero son obstinados y trabajan duro para mejorar sus habilidades y afinar su talento a través del trabajo diario, durante largos períodos de tiempo, lo que a la larga da como resultado que se convierta en personas extremadamente exitosas. Mariano Rivera, el retirado jugador de baseball de los Yankees de Nueva York, solo tenía una forma para lanzar – una bola rápida – en todos los juegos  y a los mejores bateadores del planeta. Ellos ya sabían lo que haría. Pero él había perfeccionado su lanzamiento a tal punto que nadie podía batearlo. “Mo”, como lo conocían, se retiró como el mejor “closer” en la historia de las Ligas Mayores de Baseball. Todo basado en el completo dominio de un solo tipo de lanzamiento.

Las agallas o el aferramiento no es un fenómeno de corto plazo. Un atleta consiente y persistente puede alcanzar metas de corto plazo como mejorar su condición física o perder peso. Pero las agallas y el aferramiento son más que eso. Junto con otros 3 investigadores, Duckworth, explicó en un artículo publicado en 2007 en el Diario de Personalidad y Psicología Social: “las agallas o el aferramiento conlleva un enorme trabajo hacia la consecución de retos, mantener el esfuerzo y el interés a través de los años, a pesar del fracaso, adversidad y el aparente estancamiento en su desarrollo. El elemento clave para el éxito de estos individuos aferrados es como en un maratón: su ventaja es la resistencia.

Si no eres aferrado ahora, ¿puedes esforzarte para serlo? Un artículo en el 2010 en el Diario de Personalidad y Psicología Social, un grupo de científicos en la Universidad de California sugirieron que la personalidad del individuo tiende a ser estable a través del tiempo. Por ejemplo, el adolescente prudente de 17 años normalmente no se volverá alocado y salvaje en sus 50´s, la persona que es adversa al riesgo  no se convertirá en un jugador. Pero es importante entender que el ambiente puede influir en nuestros comportamientos. No somos capaces de cambiar nuestra biología, pero si tenemos la capacidad de cambiar nuestros comportamientos. Tenemos libre albedrío. De forma similar, alguien puede tener predisposición genética  para desarrollar enfermedades cardíacas, pero si esa persona de forma consiente elige comer saludablemente, ser físicamente activa y no fumar, es menos probable que desarrolle la enfermedad.

Para algunos, volverse aferrados puede ser una transición fácil. Para otros, tal vez requiera más esfuerzo de conciencia. ¿Quieres ser más aferrado? Empieza con esto:

1.      Escribe tu plan de éxito. Establece una línea base, una meta, define un camino hacia esa meta.
2.      Comparte el plan. El receptor puede ser alguien que pueda ofrecer críticas constructivas cuando las necesites. Si es necesario, contrata a un coach.
3.      Elimina las distracciones. ¿Cuáles son tus barreras? ¿TV, Internet, video juegos?
4.      Lleva un registro de tus éxitos y tus fracasos. ¿Recuerdas los días cuando recibías una estrella dorada por un desempeño excepcional en la escuela? Date a ti mismo una estrella dorada por cada éxito que obtengas durante el día.
5.      Ajusta si es necesario, siempre y cuando no sea disminuir o cambiar tu meta original. Siempre trabaja en soluciones.
6.      Más vale tarde que nunca, no te rindas. No dejes que los contratiempos se conviertan en fracasos. Aprende de ellos y sigue adelante. Debes seguir comprometido con tus metas.

Una de las razones por las que Spartan Race es tan transformadora es porque los participantes experimentan el proceso para desarrollar el aferramiento (Grit). Es como el “Grit 101”: (1) Inicias con la meta de completar una Spartan Race. (2) Les dices a tus amigos que la vas a correr, tal vez necesites un entrenador, si no tienes, busca información en línea. (3) Elimina las distracciones para poder ir al gimnasio en vez de navegar en Facebook; cumple tu dieta, aunque eso implique evitar los viernes sociales con los amigos. (4) Tomate muy en serio tus rutinas de entrenamiento, así como tu ingesta de calorías y macronutrientes. (5) Tal vez sufras alguna lesión durante tu entrenamiento. En vez de tirar la toalla, realiza los ajustes necesarios para mantenerte entrenando de forma segura y prudente. (6) No te rindas, aunque te sientas abrumado. Aférrate a la carrera en sí misma, especialmente a los obstáculos. Estos son las pruebas finales de tu voluntad.

Con la edad, tu habilidad para retrasar la gratificación se puede convertir en tu segunda naturaleza. Si quieres ir más allá, puedes intentar hacer las cosas que no te gusta hacer. Por ejemplo, y utilizando una analogía con el gimnasio, si odias las sentadillas más que a cualquier otro ejercicio, entonces entrarás al gym e iras directo al rack de peso libre, y el primer ejercicio que harás cada vez que entres al gym serán sentadillas, la finalidad es que te acostumbres a dicha incomodidad. Otro ejemplo, cuando llegues al trabajo haz una lista de tus 20 pendientes más importantes, y empieza por la tarea menos atractiva – realiza esa llamada con el cliente insatisfecho la cual sabes que será difícil. 

Otros pueden postergar, dejando lo más difícil para el último. Desafortunadamente, lo desagradable viene con un peso extra comparado con el resto de las tareas fáciles y divertidas. Cuando se enfrenten finalmente a la tarea difícil, tal vez incluso sea más difícil que antes, y tal vez ya no tengan tiempo para manejar la situación. Esta habilidad para enfrentar las dificultades puede ser aprendida y practicada. No te desesperes porque no seas hábil para realizar ciertas cosas por algún defecto en tu ADN. Solo es un mal hábito que se forma con el tiempo, el cual puedes reemplazar por hábitos mucho mejores.

Desde la distancia, es fácil ver los beneficios de la gratificación postergada. El problema es que la mayoría de la gente falla en ponerla en práctica cuando llega el momento de tomar la decisión en el mundo real. Esa es la mayor razón por la que empecé a organizar las Spartan Race, obligar a la gente a salir de su zona de confort, incluso si eso significa enfrentarlos con el caos. La carrera despierta algo en su interior.

Vivir la vida en tus propios términos

Cada decisión que tomamos está basada en la postergación de la gratificación y otros conceptos espartanos. Tomar esta decisión espartana a veces es sencillo, como por ejemplo, cuando la decisión es:

1.      Ser duro o suave con tus hijos: casi siempre duro.
2.      Salir a trabajar cuando no te sientes bien: casi siempre sí.
3.      Comer el postre: siempre no.
4.      Correr un poco más cuando ya estás cansado o no: casi siempre sí.
5.      Salir de tu zona de confort cuando sientes que no deberías: siempre sí.

Aprendí mucho sobre el concepto "tiempo" de un conocido de mi padre llamado Big Phil. Mi padre era un empresario, y era muy difícil hacer negocios en Queens si no conocías a las personas correctas. Big Phil era una de esas personas. Big Phil pasó mucho tiempo en prisión. Solía llevarme a la tienda a comprar golosinas y como la tienda estaba solo a un par de cuadras, él decía:

“¡ Corramos!”, y yo pensaba, ¿por qué no? Un día en los vestidores, Big Phil empezó hacer tai chai. Eso no pareció muy adecuado para un hombre de Queens, pero nadie dijo nada porque él habría podido matarlos sin el menor esfuerzo. Big Phil me enseño muchas cosas pero las principales fueron: (1) Se extremadamente físico y (2) utiliza cada minuto de tu vida. Mi esposa piensa que estoy loco, porque hago estiramientos o me ejercitó en lugares públicos mientras tengo tiempo muerto. Ella se apena, por ejemplo, si hago burpees en el aeropuerto. Pero mantenerte en forma nunca debe ser motivo de vergüenza.

En algún grado, todos somos seres de hábitos. Todos somos algo predecibles. Sabemos cuándo ver nuestros programas favoritos y cuando llegar al aeropuerto y cuando cepillar nuestros dientes. Vamos a trabajar los lunes y dormimos hasta tarde los sábados. Algunos van a la iglesia, algunos ven el futbol. La vida toma un ritmo predecible y eso nos lleva suavemente a instalarnos en nuestra zona de confort, lo cual con el tiempo se convierte en nuestra vida cotidiana. Asumimos que las cosas se comportarán como esperamos, que siempre habrá otra comida, siempre podremos vivir otro día, que ganaremos otro cheque, sin que nada fuera de lo extraordinario nos saque de nuestro estado de progreso. Y así es, hasta que finalmente, algo ocurre.

Normalmente nos acostumbramos a estas rutinas sin darnos cuenta, solo dejamos que las cosas pasen. Hasta que, un día, despertamos en un lugar extraño, miramos con asombro, y decimos: ¿cómo rayos llegué aquí? ¿He estado aquí todo este tiempo? Eso le pasa a la mayoría de nosotros. Nos instalamos en la comodidad por algunos días, los cuales se convierten en semanas, las semanas en meses, y antes que nos demos cuenta, hemos estado caminando dormidos buena parte de nuestra vida. Muchos de nosotros estamos dormidos ahora, y si no despertamos pronto, podríamos terminar en algún lugar donde no queremos, o peor aún, en ninguna parte.

La “vida americana normal” es la que conocemos y amamos. Sabemos que debemos tomar bebidas endulzadas y comer pizza – eso es lo que la gente en TV y en las revistas nos dice que necesitamos. (Saben mejor, después de todo). Compramos barras de granola de la isla de dulces. Compramos diez diferentes productos para nuestro cabello porque es bueno para nuestro cuero cabelludo, y nos sentamos a ver TV porque así es como la vida real es – nada es más importante que los dramas. Compramos nuevos teléfonos y computadoras porque, bueno, porque tenemos que estar actualizados. Nos sentamos a ver televisión, y eventualmente tendremos cáncer o alguna enfermedad del corazón para luego morir y convertirnos en una estadística más. El ciclo continúa con nuestros hijos, y sus hijos, y sus hijos. Y pensamos que así es como deben ser las cosas.

Todos dicen que no tienen tiempo. Bueno, tienes que hacer tiempo. Tienes que aprovechar todas las horas de tu día, y medir tu progreso diario, trata de buscar 30 minutos para poder hacer burpees, o caminar, o realizar alguna actividad física. Nos asombraría mucho que no encontraras 30 minutos al día.

Mientras caminamos dormidos por la vida, una persona puede sin saberlo rechazar una oportunidad de oro. Puede sonar extraño y poco convencional, y por lo tanto inadecuada de acuerdo “a cómo deben ser las cosas”. Pero, ¿cómo sería la vida si no fuera como debe ser? ¿Podría ser que la vida es gradualmente cubierta y sumida con algo más, al punto de esconderla por completo? ¿Podría suceder que aquello que llamamos vida en realidad sea algo que nos aparta de la verdadera vida? A menudo la verdad nos asusta, nos decepciona, nos aterra, porque nos enfrenta de forma violenta con nuestras verdaderas y auténticas opiniones. Eso exige mucho, decimos. Tendríamos que cambiar todo, así que nos estremecemos y nos rendimos en lugar de fortalecer nuestra mente y avanzar. Todo debido a que suena ridículamente diferente, y por lo tanto, simplemente no puede ser cierto.

Como resultado, estamos condicionados de diferentes formas para aceptar solo como casos hipotéticos algunas cosas, si es que no decimos que son completamente falsas. Las necesidades que los expertos dicen que tenemos puede ser menos que necesidades, y lo normal, ósea la vida placentera que pensamos que deberíamos vivir puede ser de hecho la muerte para nosotros. Nuestra necesidad por tener más cosas, más basura, más espacio puede ser de hecho, construcciones, tretas y distracciones de una posible vida más profunda donde, no necesitamos comprar todo eso. Las posesiones se convierten en nuestro fin, cuando debería ser lo opuesto. Los libros de dietas de moda que elogian una vitamina diferente y desacreditan un nutriente diferente. “¿Qué está pasando?” nos preguntamos a nosotros mismos. “Posiblemente la vida no debería ser tan complicada como esto”.
Si somos honestos con nosotros mismos, sabemos que algo anda mal, pero a pesar de ello, lo ignoramos y tratamos de no pensar en ello. Después de todo, ¿qué tan importante puede ser? No está en las noticias. La forma en la que creamos hábitos define nuestras creencias, después de un tiempo, ese cambio suena imposible. Resignados a ese pensamiento, vagamos de la misma manera en la que estábamos antes, sin cambios, sin cambiar nunca. Sin movimiento, solo resignación.

Creo que la vida sin cambio es muerte. El cuerpo humano contiene, en promedio, 100 trillones de células, cada una de las cuales está trabajando frenéticamente para impedir nuestra desintegración. Cada célula está en movimiento constante: reponiendo, reconstruyendo, manteniendo, expandiendo. Si ellas se detuvieran aunque sea por un minuto, podríamos desvanecernos y convertirnos en una pila de químicos sin vida. Así que he empezado a creer que la vida es movimiento, y el movimiento es vida. Las miles de personas que ves batallando durante la ruta de una Spartan Race, cubiertas de lodo, en ese preciso momento están experimentando la sensación de “vivir”.

Dentro de cada ser humano está un espíritu que esta hambriento por crecer, desarrollarse, evolucionar. Como una bola floreciente de energía, la vida se mueve, se expande, gira – baila – y todo por el más puro deseo de libertad. El espíritu implora belleza sobre entrenamiento, significado sobre trivialidad, y conocimiento sobre sensación. La sociedad americana rinde tributo a algunos miembros que comercializan con la verdad. Continuamente sacrificamos la búsqueda del conocimiento, por las cosas materiales.

Creo que tenemos una elección que tomar cada día. Podemos elegir rechazar el cambio, y adherirnos a nuestros hábitos destructivos, y continuar alejando de forma absurda los momentos preciosos de nuestros días y mantenernos en una marcha continua hacia la muerte. No importa si nosotros morimos mañana porque nada trascendental ocurrirá dentro de un día, diez días o diez años.

Los espartanos eligen cambiar o modificar constantemente su trayectoria eligiendo hacer algo que los otros ven como terrible, valiente y diferente. “La vida no debería ser un viaje a la tumba”, decía Hunter S. Thompson, él escribió: “no me gustaría llegar al momento final de mi vida con la intención de llegar seguro, en buen estado y con un cuerpo bien preservado, es mejor llegar barriéndose en medio de una nube de humo, desgastado, totalmente exhausto, y gritando “¡WOW, que viajecito!”; eso significa utilizar tu tiempo sabiamente – explorar, crear, y hacer lo que realmente disfrute en tu vida.

Tenemos una cantidad limitada de tiempo en este planeta, si tratamos de usarlo viviendo una vida normal, creo que es tiempo desperdiciado. Decir que algo es normal es solo una forma inteligente de decir que eso no hace diferencia para nadie y no cambia nada. Cualquiera puede vivir dicha vida “normal”, una vida confinada a los límites que alguien más definió. Cualquiera puede vivir de esa manera y, tristemente, no hacer diferencia. Todos estamos destinados a la tumba, pero que tragedia sería llegar ahí sin cicatrices, sin ninguna marca que muestre que intentamos hacer algo asombroso. Henry David Thoreu fue a pasar algunos años en los bosques porque no quería llegar al final de su vida sin “haber vivido”. Nosotros, también podemos dar un paso hacia la vida y hacer que nuestro tiempo valga la pena. Podemos empezar hoy.

Prepararse para lo inesperado es fácil. Solo tienes que hacer lo inesperado. Rompe la rutina. Sal a correr de noche. Nada en mar abierto. Detente y sube la montaña que se ve a la distancia. Ve más lejos durante tu sesión de ciclismo. Cuando te mantienes dentro de tus límites no te estás preparando para lo inesperado. Así que cuando finalmente te confrontas con ello – y te aseguró que lo harás – no sabrás cómo enfrentarlo.

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