Virgil.
CARTA DE EXHONERACIÓN SPARTAN RACE
Todos
los participantes de competencias, carreras o eventos relacionados con Spartan
Race deben entender, conocer y estar de acuerdo con:
1) El riesgo de lesión y muerte es
significativo en una Spartan Race u otro evento relacionado. Estos riesgos
incluyen, pero no se limitan a: caídas, resbalones, esguinces, torceduras, fracturas,
lesiones provocadas por altas o bajas temperaturas, lesiones causadas por
vehículos, o por el contacto con plantas venenosas, mordeduras o picaduras de
animales.
Además, las lesiones pueden ser
provocadas por accidentes que incluyen, pero no se limitan a: nadar, trepar,
andar en bicicleta, correr en la montaña, esquiar, caminar sobre nieve, viajar
en bote, camioneta, auto u otro medio de transporte. Todos los participantes
también conocen el riesgo de ataque al corazón, parálisis permanente y muerte.
Las reglas, equipo y personal en Spartan
Race pueden reducir estos riesgos, pero estas precauciones no los evitan al
100%.
2) Después de conocer perfectamente
los riesgos, conocidos y desconocidos, los asumo y acepto libremente.
Todos los aspirantes a una Spartan
Race deben estar de acuerdo con dichas condiciones si es que quieren
participar. A lo mejor piensas que solo estoy protegiendo mi trasero, pero
también debes saber que es una carta de exoneración muy parecida a la que todo
mundo debe firmar para participar en la carrera llamada “vida”. Conozco esto,
porque así es como he vivido mi vida: al estilo Spartan. Te puedo comentar que
las recompensas obtenidas valen la pena los riesgos.
Mi nombre es Joe de Sena y crecí
en un barrio pobre en Queens, Nueva York. Nunca fui un atleta natural, sin
embargo, el atletismo fue integrándose a mi vida poco a poco. Como sabes, soy
el fundador de Spartan Race, la cual en un lapso de 10 años, ha pasado de ser
una loca carrera de obstáculos realizada en el campo, a una compañía mundial
multimillonaria. Miles de fieles seguidores han redefinido su vida alrededor
del código que hemos creado para ellos, y cada vez participa más gente. Cada
fin de semana, miles de personas acuden a nuestros eventos, que se llevan a
cabo en diferentes lugares alrededor del mundo. Están buscando mejorarse,
esperando hacer “Spartan Up!” y todo lo que esa frase abarca y significa. Al
mismo tiempo soy su mayor animador y su peor pesadilla.
La gente piensa que estoy loco,
que soy un sádico, despiadado, maniaco, suicida, pero ellos me siguen buscando,
creen que esto es un método para volverlos locos también. Y es correcto, esa es
mi táctica para cambiar sus vidas.
En 2009, Noel Thompson, uno de
los entrenadores del equipo de luchas greco-romanas de los Estados Unidos,
envío a su equipo de luchadores a entrenar conmigo durante un fin de semana.
Había conocido a Noel en una de mis carreras el año anterior y él estaba
intrigado por mis únicos y a veces locos, métodos de entrenamiento. El creyó
que yo podría ayudar a su equipo.
Así que desde el día que llegaron
al aeropuerto de Rutland después de 5 horas de vuelo, me asegure de que ellos
se enfrentaran a lo inesperado. Hasta el momento de su llegada, nadie les dijo
porque ellos habían venido a verme y que es lo que experimentarían. Su
entrenador había hecho los arreglos del viaje, así que algunos de los mejores
luchadores olímpicos del mundo estaban completamente a oscuras respecto a la
aventura y el tipo de entrenamiento al que se enfrentarían.
Quería darles una adecuada
introducción al estilo de vida Spartan, así que los recogí en el aeropuerto y
después de conducir la camioneta un rato, sin miramientos, los deje a un lado
de la carretera – Route 100 en Nowhersville, Vermont. Mi granja, que también en
ese entonces funcionaba como los cuarteles generales de Spartan Race a nivel
mundial, era su destino, una simple caminata de 10 millas a través de una serie
de colinas poco inclinadas. Hacía un frío congelante, intentaron hacer algunas
llamadas, pero como estaban en medio de la nada no había señal de teléfono.
Vestidos más para una reunión de negocios que para caminar en la montaña,
tuvieron que recorrer toda la distancia hasta la granja cargando su equipaje.
Hasta ese momento se dieron cuenta que iban a entrenar todo un fin de semana
con un lunático en las montañas muy lejos de su casi artístico gimnasio de
luchas.
Para los miembros del equipo,
esto sonaba muy loco, o al menos, muy rudo. Estos atletas olímpicos no estaban
acostumbrados a ser tratados de esa manera. Sin embargo, era la única opción
que tenían en ese momento. Eran algunos de los mejores luchadores del mundo,
pero como la mayoría de nosotros, ellos habían sido guiados durante toda su
vida, en este caso, por sus entrenadores. Necesitaba saber cómo reaccionarían
cuando se encontrarán frente a una situación que los probará de una forma
inesperada. Los vinos más grandiosos vienen de uvas aplastadas, los diamantes
provienen de carbón que fue sometido a una enorme presión y una espada debió
resistir a una intensa cantidad de calor y golpes muy fuertes antes de
convertirse en un arma de elite. De la misma manera, no solo quería saber si
estos atletas serían capaces de calificarse a los juegos olímpicos, - lo cual
ya intuía muy bien- sino quería saber si eran verdaderos campeones, y eso en
buena medida dependería de la forma en la que estos luchadores respondieran al
estrés de mis protocolos de entrenamiento. Después de todo, hay solo una
medalla de oro para cada categoría de peso.
Durante el entrenamiento, los
hice cortar y acarrear una enorme cantidad de madera en plena lluvia. Corrieron
muchísimo en la montaña. Tenía un rollo gigante de alambre de alrededor de 5
pies de diámetro y que probablemente pesaba 300 libras, los hice rodarlo montaña arriba. Estaba
lodoso, así que había un riesgo constante de que resbalaran y el rollo los
aplastará. Cargaron sacos de arena hasta la cima de la montaña y de regreso,
cavaron trincheras, escalaron rocas, nadaron –alrededor de 8 millas. Hicieron
mucho yoga Bikram a 110 grados de temperatura.
Al principio no estaban nada
felices, - durante los últimos 15 años no habían entrenado de esta forma, por
lo que no tenía ningún sentido para ellos. Se quejaban entre ellos y se
preguntaban que estaban haciendo aquí. Estaban ahí solo porque su entrenador
los había obligado.
El entrenamiento no les hizo
ningún sentido, hasta que meses después, recibí una llamada de uno de los
luchadores. Él había ganado el campeonato mundial y quería agradecerme. Su
marco de referencia había cambiado desde que entreno conmigo. Me dijo que
mientras estaba en el tapete de competencia en el evento final, solo quedaban
10 segundos y su oponente lo estaba golpeando, recordó que si había sido capaz
de entrenar 48 horas seguidas con el maldito lunático en Vermont, podría
soportar los siguientes 10 segundos. Así que eso fue la diferencia entre ser un
campeón mundial o no.
La carrera de obstáculos donde
conocí al entrenador Thompson meses antes requirió viajar en kayak durante un
tramo, y en algún punto, los competidores estaban obligados a arrastrar sus kayaks
a través de 20 yardas de lodo y hojarasca. Todos los otros equipos lo hicieron sin
problema, pero Noel, que había estado arrastrando a su equipo por 100 yardas o
más, de repente quedo atascado. Imagina la situación: su mente evaporada e instándolo
a evitar meterse en el barro con su kayak como el resto de los corredores. Así
que casi instintivamente lo sujete a él y a su kayak y los jale a ambos a
través del lodo. Y todavía, fui capaz de empujarlos río abajo.
Él, como muchos otros que he
visto, no se pudo adaptar a una situación desconocida. Él había evitado el lodo
durante toda su vida, y cuando se atascó en él, todos sus miedos y toda esa
programación – de padres, maestros, que te decían – “no te ensucies”- de
repente se apoderaron de él y lo paralizaron. No tenía idea como lidiar con el
obstáculo.
Después de la carrera, el
entrenador Thompson se acercó y me dijo: “¿puedo hablarte?”
“Seguro,” le dije. “¿Qué pasa?”
Él dijo, “¿Cómo aprendiste hacer
eso”?
“Solo tienes que entrar en el
lodo y avanzar”. No lo pensé dos veces. Esa es la forma en la que siempre
enfrento la vida: pon un pie delante del otro, concentrándote en la pequeña
meta que tienes enfrente, y así he logrado casi todo lo que me he propuesto.
Por ello he aprendido a empujar cuando otros paran, incluso este entrenador
quien ha entrenado atletas de clase mundial. ¿Cómo se pudo paralizar durante la
carrera? En mi mente, solo te comprometes con algo y vas por él, sin importar
que. El dudo de sí mismo, lo cual es el más grande error que la gente comete
todo el tiempo.
Durante una lucha greco-romana no
quedarás atascado en el lodo, al menos no durante las olimpiadas, pero
probablemente quedes atascado en algún otro predicamento. La lucha greco-romana
se encuentra entre los deportes más fluidos. Un encuentro olímpico tiene un
inicio y un fin, pero nadie sabe lo que sucederá durante los cinco minutos que
dura el encuentro. No hay forma de saber cuánta energía necesitarás o lo que
encontrarás. La lucha greco-romana no es lineal como un maratón. Tu oponente
puede ser completamente impredecible, buscando la forma de atraparte en llaves
inesperadas de las cuales no puedas escapar.
Así que el entrenador Thompson
envío sus luchadores a mí porque él sabía que podría ayudarlos para prepararlos
para lo inesperado. Les enseñé que si eran lo suficientemente tenaces en el
tapete de competencia, podrían vencer cualquier reto que ahí se les presentará.
Mi meta no fue ayudarlos a prepararse para ganar; fue ayudarlos a prepararse
para enfrentar lo desconocido.
No hay ningún elemento físico que
se relacione tanto con lo desconocido como el lodo. El lodo se adhiere a
nosotros, volviéndonos más lentos, jalándonos. Desde el inicio de la humanidad,
los hombres y mujeres han sido forzados a tratar con esta arcilla café. El lodo
retrasó a Napoleón en Waterloo, paralizo la invasión nazi en Rusia y convirtió
el sendero de Ho Chi Minh en una carrera de obstáculos para los insurgentes en
Vietnam. La mezcla de tierra y agua adherida a tus zapatos ha cambiado la
historia. También creo que te ha hecho caminar más lento en algunas ocasiones.
En una Spartan Race siempre
enfrentamos a los competidores con charcos y albercas de lodo, en los cuales no
correrías si tuvieras otra opción. Estos obstáculos ayudan a prepararlos para
el lodo de cada día de la vida, esa cosa que nos quiere hundir, o al menos
trata de hacerlo. Tal vez no obtuviste el ascenso pero te enseñaremos a
perseverar en tu trabajo de cualquier forma. Tal vez seas despedido, pero
queremos que busques un nuevo empleo con una actitud positiva. Cuando estés
realmente cansado y exhausto, el enfrentarte con lodo puede resultar en una mezcla
tóxica, exacerbando el deseo de rendirse. Así que cada carrera tiene al menos
una trampa de lodo en el trayecto. Sin ello, no sería una Spartan Race.
Pero eso es solo el principio.
Spartan Race quiere que superes más que eso. Eso por ello que ponemos un
trayecto brutal e inolvidable en frente de ti. Nuestra misión es sorprender a
nuestros corredores, obligándolos a llevar sus mentes y cuerpos al límite, los
ayudamos a ser más saludables a través de carreras de obstáculos retadoras,
superiores y extremas. Las Spartan Race están diseñadas para instar a las
personas a superar sus fracasos.
Mi meta con cada Spartan Race es
motivarte a superar tu deseo de corto plazo por el confort y sustituirlo por un
esfuerzo para alcanzar algo mucho más grande que tu situación actual.
Cualquiera puede subir una colina. Pero ¿qué hay de subir la misma colina
arrastrándose por debajo de 300 pies de alambre de púas? Los obstáculos y los
retos mentales fuerzan a nuestros atletas a ser ágiles y capaces en movimientos
laterales así como lineales y para ser resilientes al enfrentarse a las
sorpresas.
Spartan Race es para cualquiera y
cada uno que esté buscando hacer la diferencia en su propia vida y en la vida
de la gente que los rodea. La idea general es esta: inicia con una Spartan
Sprint, una carrera de tres millas con 15 obstáculos; luego entrena para una
Spartan Super, una carrera de ocho millas con 20 obstáculos; y después entrena
para lo más grande, el más rudo de todos los eventos Spartan, la Spartan Beast,
un evento de 13.2 millas y 25 obstáculos. Estas longitudes no fueron escogidas
arbitrariamente. He determinado que la distancia Spartan Sprint debe basarse en
lo que la gente de la sociedad actual es capaz de hacer: cualquiera puede
saltar del sofá y completar de tres a cuatro millas. La Super puede ser más
retadora pero sigue siendo accesible para competidores en buen estado físico
que participan por primera vez y para atletas de otros deportes. Sin embargo, la
Beast fue diseñada para probar la voluntad de los atletas más duros.
Nuestra temporada termina en
Septiembre con el Spartan World Championship, muchos de nuestros atletas
empiezan su temperada de descanso después de las fiestas e inician a entrenar
en Enero. Este ciclo se repite cada año, cada vez con más participantes por
temporada.
Este no es un deporte donde el
fundador y co-propietario (que podría ser yo) mira los juegos desde una
habitación con aire acondicionado esperando por una repetición de televisión de
cinco segundos de una anotación o alguna falta, o la cámara grabándome cuando
estoy enojado o celebrando con mis elegantes amigos. En Spartan Race, todos
nosotros nos unimos a la batalla, en la cual interactuó con, o al menos
conozco, a todos los que corren. No importa a donde vaya, la pregunta que me
hacen más frecuentemente ¿cómo te mantienes motivado? Eso me indica que los
miles de personas que me hacen esa pregunta, de hecho, necesitan nuestra ayuda
para mantenerse motivados. No es fácil, pero vale la pena.
La mayoría de los corredores
Spartan necesitan mantenerse motivados pero otros solo necesitan el impulso inicial.
Para mí, nuestras carreras generan un gran sentido de propósito más que el
generado por maratones u otros eventos de resistencia tradicionales. Creo que
es porque las carreras Spartan son más retadoras en muchos niveles; pero al
mismo tiempo, son muy accesibles. La persona que tiene un trabajo muy
demandante no podrá realizar un Ironman. Pero ellos sí podrían gastar unos 80
dólares para participar en una de nuestras Spartan Sprint de tres millas.
Tendrás que conocer una de
nuestras carreras para apreciar su energía y singularidad. Se siente y suena
como un evento deportivo y un concierto de rock en uno. Cuando asistas a la
carrera, seguramente te preguntarás, “¿Quiénes son esas personas que van
corriendo cubiertos de lodo y sudor, algunos de ellos usando pintura en la
cara, gritando al unísono al inicio de la carrera?, ¿de dónde vienen y que los
impulsa hacer esto voluntariamente? Eso suena realmente raro y loco.” El nivel
de dedicación de nuestros corredores se refleja en nuestros índices de
terminación de la carrera. En los días que iniciamos, era del 65%, y ahora
probablemente está cerca del 90%, aunque ese número disminuye un poco cuando se
trata de la Beast. Uno a uno ellos te dirán algo como esto:
“Estaba gordo”.
“Estaba fuera de forma”.
“Estaba aburrido con mi vida”.
Después ellos se encuentran con
una Spartan y todo cambia.
Los corredores Spartan son
bastante representativos del estilo de vida americano. El promedio de edad de
nuestros participantes tendría una curva bastante alisada –no verás bebes
gateando en el lodo y nuestro trayecto podría ser muy rudo para los gordos
traseros de los ciudadanos más viejos, aunque podríamos animarlos si es que
ellos quisieran intentarlo. En general, veras hombres y mujeres desde 10´s y
hasta 50´s años corriendo a diferentes velocidades. Estos no son solo súper
atletas, aunque muchos de ellos de hecho lo son. Estamos hablando de mamás,
sobrevivientes de cáncer, el club de sobrepeso y otros con una fiera
determinación.
Además encontrarás que las
ocupaciones de los corredores Spartan reflejan el “mainstream” de América.
Nuestras carreras atraen inversionistas de bancos, estudiantes, militares,
maestros, plomeros, policías y bomberos, entre otras profesiones. Algunos
corredores vienen de otros deportes y otras disciplinas como maratonistas,
triatletas, fisicoculturistas, crossfitters, artes marciales mixtas y yoga.
Para algunos de ellos, esto es su primera experiencia en una actividad
deportiva organizada.
Pero, ¿por qué la gente hace
largas filas para participar?, ¿por qué la gente se inscribe en estas cosas sin
un aparente beneficio tangible además de una playera y una palmada en la espalda?
¿Porque lo hago yo, y otros como yo, correr estas demandantes distancias, ir en
rutas que podrían destruirnos, o al menos, hacernos sentir perdidos algunas
veces?, ¿No inventamos nosotros los autos, el aire acondicionado y elevadores
precisamente para no sufrir estas cosas?
Así como los pequeños estudios de
spinning, clases de baile, boxes de Crossfit, es definitivamente un nuevo
movimiento que mejora la salud física. En vez de quedarse a dormir un sábado
por la mañana, los corredores Spartan se obligan a participar en un test del
infierno que probará su voluntad y fortaleza física. Ellos hacen esto porque
quieren salir de su vida de confort, de la mediocridad. Probablemente se sientan
mejor a la hora de empezar a entrenar con la finalidad de participar en una carrera
y al terminarla podrían sentirse mejor aún – aunque en ese momento, la mayoría
de ellos lucirán como si regresaran de la guerra.
La carrera
mortal (death race)
Los orígenes de Spartan Race
vienen de un tipo diferente de guerra y recuerdo una imagen, que en mi opinión,
encapsula toda su esencia. En 2005 dos marinos retirados – 4 por ciento de
grasa, seis pies de altura, con los músculos perfectamente definidos- sentados
en el lodo junto a una mujer que se quitaba una de sus piernas. Ella estaba
sacando el agua de su prótesis, después la volvió a poner en su lugar
metódicamente, como si ello fuera un acto que realizará todos los días. Si
piensas un poco sobre esta escena, podrías pensar que te has tropezado con una
parte del infierno o con un set de filmación de películas, donde las lágrimas y
la prótesis eran de mentiritas. Pero esta imagen fue real. Estas personas
estaban participando en un evento
llamado “The Death Race”, una nueva modalidad de carrera que mis amigos y yo inventamos
para exigir al máximo pero al mismo tiempo para inspirar a los participantes. Aunque
esto ocurrió antes que el concepto de Spartan Race existiera, las semillas de
un deporte extremo para las masas fueron plantadas en los caminos de aquella
Death Race.
En la mañana de aquel día, les
había dicho a estos tres competidores que tenían que nadar tres millas en agua
congelada. Así lo hicieron, pero de acuerdo a las reglas que yo había
establecido, sus tiempos no habían sido lo suficientemente buenos, – por
cierto, ellos se enteraron de la existencia de esas reglas hasta ese momento.
Por lo cual podrían terminar la carrera, pero ya no como participantes
oficiales. La mujer, a quien le había sido amputada una pierna, se adaptó inmediatamente
y continúo de acuerdo a los nuevos términos. A pesar de que estaba
decepcionada, solo lo pensó durante un momento y continúo participando. Sin
embargo los ex marinos simplemente no pudieron aceptar este cambio en el
programa; no pudieron ajustar su marco de referencia. Estos hombres habían
servido a su país con honor y eran ciudadanos modelos en todos los aspectos.
Incluso podrían ser llamados héroes. Sin embargo, estaban haciendo berrinche en
frente de mí, un comportamiento bastante inesperado por parte de hombres que habían
participado en una guerra.
De eso se trata la Death Race, de
una u otra forma, genera atletas que se
comprometen y se adaptan. Para que eso ocurra hay que llevar a los competidores
al límite – y mas allá. Un examen brutal de resistencia mental y física que
dura 48 horas, la Death Race parece un más un exorcismo que una carrera.
Nuestro sencillo sitio web para el evento, youmaydie.com, daba las siguientes
instrucciones a los competidores:
Esto es un verdadero reto. La
Death Race está diseñada para enfrentarte a lo completamente inesperado y a lo
totalmente loco. Es una carrera de resistencia en la que te enfrentarás al lodo,
obstáculos, retos físicos y mentales, todo en 48+ horas de aventura. Con el 90%
de tu voluntad no serás capaz de terminar esta carrera. Por favor, antes de
inscribirte, considera participar en esta aventura solamente si estás
acostumbrado a vivir retos extremos.
Teníamos tres Death Race al año.
Una Death Race en el verano, una Death Race viajera y una Death Race en equipo.
Cada Death Race tenía un tema. Un año fue religión, la carrera iniciaba y
terminaba en una iglesia. En el año de traición, plantamos trampas en el
trayecto para despistar a los participantes. La Death Race que describí
anteriormente fue ensamblada de esa manera, algunos participantes la llamaron
la trampa mortal. En las Death Race, se corren alrededor de 55 millas de noche
por los bosques de las montañas de mi pueblo Pittsfield, Vermont, el cual tiene
una población de 546 personas. Durante el curso de un año, más personas venían
a Pittsfield para enfrentar la Death, que las que vivían en el pueblo.
La Death Race duraba hasta que
quedará solo el 15% de los participantes; ósea, el 85% de los participantes
tenía que abandonar la competencia, hasta que eso pasará el juego continuaba.
Así que los competidores tenían que vencer a dos enemigos: los demás
participantes y a nosotros, los organizadores. Lo que hizo a la Death Race
única fueron los obstáculos y los retos durante el trayecto. Algunos de esos
obstáculos tenían un propósito específico; algunos otros solo eran para joder a
los participantes. El juego empezaba incluso antes de que iniciara la carrera.
Sin más explicaciones, se les pedía a los competidores que llevarán a la
carrera un smoking, 5 libras de heno, chaleco salvavidas, cinco dólares en
monedas de un cuarto y una libra de semillas de pasto. La idea era siempre
aventurarse ante lo inesperado.
Una vez que la carrera inicia,
los retos pueden incluir: bucear para sacar las monedas, comer cebollas,
extraer postes del suelo, arrastrar kayaks o llantas durante una
ultra-distancia, cargar rocas durante seis horas, cortar madera durante cinco
horas, hacer 3,000 burpees - cualquier cosa que obligue a los participantes a
renunciar. Había una finalidad detrás de esta peculiar forma de tortura. Creo
que confrontarte contra estos obstáculos tan duros es la mejor forma de renovar
o refrescar al cerebro humano después de años o incluso décadas de mimos,
predictibilidad y pretextos.
En esa carrera se encontraban los
dos marinos, en el último punto de revisión antes de salir de la propiedad de
la granja Riverside. El punto de revisión servía para dos cosas: para llevar el
registro de los “buenos” corredores que pasaban por el punto de revisión y
también por supuesto, para saber cuál de los corredores decidía renunciar.
Amaba cuando podíamos alentar a todos los corredores a continuar, especialmente
cuando el final del evento se acercaba.
El tercer día iniciaba con un
poco de incertidumbre. Los competidores estaban exhaustos y el personal de
apoyo de la carrera también. Cuando llevas a la gente a esas condiciones tan
extremas y con pocas horas de sueño, no es raro ver a gente corriendo por ahí
sin el chip que les avisa que deben ir más lento, o parar, o renunciar. Muchas
personas eran incapaces de responder a las señales que su cuerpo les enviaba;
estaban empeñados en completar su meta. A cualquier costo. De alguna manera
esto era riesgoso, pero también es apasionante ayudar a la gente a sentir sus
instintos o mecanismos de supervivencia primitivos. Es increíble verlos
competir, aunque nunca estás seguro de que está pasando por sus mentes o sus
cuerpos.
En la última noche, les dijimos a
los corredores que tenían que ir al granero blanco de la granja Riverside a las
6 a.m. vestidos con el smoking y con el resto del equipo solicitado en sus
mochilas, listos para continuar la carrera. Los sorprendimos cuando ellos
llegaban a un montaje intentando simular un casino. Fueron invitados a pasar de
uno en uno a jugar póker. Cuando llegaban a la mesa les hacía una propuesta:
podrían tomar su playera – prueba de que habían terminado la carrera – o
podrían ir por todo, lo cual significaba que podrían obtener el cráneo metálico
que nosotros habíamos comprado por 13 dólares en CVS. Pero eso implicaba una
mayor apuesta: si decidían ir por el cráneo, y perdían, ellos habrían perdido
también su playera e irse a casa con las manos completamente vacías, sin
evidencia si quiera de que habían competido. Lo cual podría interpretarse como
si ni siquiera hubieran estado en la carrera. ¿Por qué hacíamos esto? La gente
realiza apuestas todos los días en sus vidas, relaciones, salud y más. La
carrera obligaba a los participantes a empezar a pensar en esos términos, de
como ellos realizan apuestas todos los días.
Tenía un increíble respeto por
estos individuos; ya habían sufrido demasiado, solo para que se les negará su
premio, y ahora estaban en la línea de salida para completar un nuevo reto,
incluso cuando ellos ya fueron duramente castigados físicamente y apenas pueden
mantenerse despiertos. Pero ese era el reto final y la única forma en la que
podrían obtener su cráneo.
Tres cientos cincuenta
participantes habían iniciado la carrera y al final de este último reto de
apuesta, 20 de los participantes creían que se merecían el cráneo. Esto pasa
cada año: un porcentaje siempre siente que es algo injusto, pero así es la
vida. Incluso aunque nosotros hubiéramos estado de acuerdo con ellos, solo
teníamos 7 cráneos como premio. Después de realizar una lluvia de ideas,
teníamos una solución: les dijimos que la carrera regresaría al punto donde
empezaron el día anterior, Blood Route, un terrible sendero de 18 millas por
caminos difíciles y lodosos, un reto que sonaba ridículo incluso para los
estándares de la Death Race. Asumimos que para ese punto los 20 participantes
dirían no gracias y regresarían a casa. Sin embargo, las cosas no sucedieron
así. Los esposos dieron un beso de despedida a sus mujeres, mientras que otros
de los hombres adultos se desmoronaron y empezaron a llorar por la idea de regresar
ahí, y no los culpo ni tantito. Yo también estaba empezando a llorar por lo
mismo.
Así que ahí estaban al amanecer,
en la línea de salida otra vez.
Uno de ellos incapaz de ponerse su tenis, se
colocó cinta adhesiva en sus pies como una posible y ridícula solución a sus
problemas. Mi oferta de redención era regresar hacer lo que no pudieron
completar lo suficientemente rápido el día anterior, mientras que el día se
ponía bastante caluroso. De verdad no podía creerlo – aquí iban otra vez. Solo
que les habíamos mentido. En realidad, íbamos a terminar con una Sprint; a unas
cuantas millas del granero blanco, pararíamos a los primeros siete en llegar,
les daríamos su premio, y les diríamos a los 13 restantes que lo sentíamos pero
que la competencia había terminado. Habíamos puesto una ruta de tres millas con
coordinadores ubicados en cada milla. Sus instrucciones fueron darles 10
minutos a los competidores para completar cada milla. Si no podían alcanzar el
punto de revisión en el tiempo especificado, los debían detener, aunque esto
representará literalmente sacarlos de la carrera. Final de la historia: solo
los siete más rápidos serían nombrados finalistas.
Eso no tenía sentido salvo para
nosotros. Cambiar las reglas y confundir a los competidores es parte de la
carrera. Los competidores que estaban en la línea de salida harían una Sprint
de casi tres millas, y los primeros siete en completar las tres millas serían
coronados victoriosos y recibirían su cráneo de trofeo. Así sería. La carrera
terminaría. Estaría en el río con los chicos para la hora de la comida. ¿Qué
podría salir mal?
Mi esposa, Courtney, estaba en el
primer punto de revisión en el puente cubierto, a media milla de la línea de
salida. Ella les estaría diciendo a los que no cumplieran con el tiempo que la
carrera había terminado para ellos y que regresaran a casa. Algunas personas
realmente estaban corriendo, una escena difícil de creer. Algunos iban
arrastrando sus cuerpos como zombie vendados y buscando como salir de esta
terrible experiencia. Un hombre en ese momento había utilizado cinta adhesiva para reparar su – el
terreno había estropeado sus elegantes zapatillas de dos cientos dólares. Sin
embargo el seguía moviéndose a pesar de su apariencia.
Nunca olvidaré a un chico que
apenas logró pasar el corte. Ya estaba terminándose el tiempo en el punto de
revisión y apenas lo logro por unos segundos, mi esposa le estaba gritando
“sigue adelante”. Ese chico de verdad que merecía seguir en la carrera. Tuve
que terminar la carrera para todos los que iban después de él. Ella decía:
“regresa y ve con tu familia”. “Ve a dormir un poco y nos vemos el próximo
año”. Algunas personas le hacían caso, pero otros se reusaban a parar. Ellos la
pasaban con sus cuerpos de zombies como si ella no estuviera ahí. Ellos no
renunciarían, al pasar junto a ella se escucharon varios “lo siento señora,
pero no puedo detenerme”.
“Fue una experiencia horrible”,
dijo ella. “Observaba como me miraban y veía como su switch estaba en posición
de encendido. Había visto esa mirada en Joe muchas veces. Es el lugar al que decide
ir en su cabeza para mantenerse en lucha y nada – ni su cuerpo cansado,
temperaturas extremas o una fuerte oposición – lo detendrá hasta la línea de
meta.
Así que estos chicos siguieron
corriendo a través de su punto de revisión. Su primer pensamiento fue: ¿por qué
no me creen? Y después: ¿A dónde diablos creen que van? Ella utilizó su voz
enérgica de mamá y fue lo más ruda que pudo. Pero ellos la seguían ignorando.
Hasta entonces se dio cuenta que ellos creían que la línea de meta estaba 18
millas adelante de ese lugar por un camino brutal, y eso era lo que ellos
tenían en la cabeza. Ella pensó, “que mierda”- no hay forma que esto no termine
de fea forma. Ella no podía creer que ellos tuvieran la fuerza para seguir
adelante, empujando, destrozando sus cuerpos durante más de 70 horas en la
carrera. Eran como una bacteria que se fortalecía con nuestros antibióticos.
Ellos estaban en su “zona” y nada podría detenerlos.
Ella se comunicó al siguiente
punto de revisión y les explico a otros dos miembros del staff de la carrera
que estos chicos estaban en camino. Ellos estarían corriendo por el último
puesto de revisión oficial antes de que se internaran en el parque nacional.
Una vez que los corredores pasarán ese punto de revisión, todo se pondría
bastante peligroso. Sin agua, ni puntos de revisión, sin voluntarios. El último
hombre entre ellos y el peligro era Andy Weinberg, el director de la carrera.
Andy es increíblemente carismático y habla el lenguaje de los atletas súper
locos de ultra resistencia, porque él era uno. Andy le dijo a Courtney que no
se preocupará. “Ve a la cama. La carrera se acabó.”
No fue sucedió así exactamente.
Los siete cráneos habían sido repartidos a los “ganadores oficiales”, los
chicos que corrieron más rápido. Estando frente a la entrada al parque
nacional, Andy fue capaz de convencer a muchos de los corredores que la carrera
había terminado. Excepto, por cinco hombres que se reusaron a detenerse. Ellos
sabían que la carrera había terminado pero decidieron continuar de cualquier
forma, sabiendo que lo harían completamente por su cuenta. Habían decidido que
lo harían sin importar nada, ellos tenían que completar una misión Death Race
en su propia cabeza, la cual en ese momento, ya no funcionaba adecuadamente.
Ahora era una situación
peligrosa. Estos hombres eran militares bien entrenados y dado que era verano
no podrían morir por la exposición al sol. Pero perder corredores en el parque
nacional no era una buena publicidad. Sabía que un competidor en una Death Race
debe estar preparado para romperse un tobillo en un mal paso, o sufrir
laceraciones o hipotermia o incluso un ataque al corazón – esos eran riegos que
los corredores asumían legítimamente. Pero perder a alguno de ellos no era
aceptable.
Incluso los corredores firman la
carta responsiva que dice: “podrías morir”, pero ellos eran nuestros invitados.
Ellos eran gente grandiosa con historias verdaderamente inspiradoras. Ellos
tenían vidas, familias, responsabilidades y yo me sentía a cargo de todo ello.
Después de entender la situación y evaluar los riesgos, decidimos ir detrás de
ellos.
Dos de los miembros del staff de
la carrera los siguieron en el parque nacional en la Blood Route. Courtney,
Andy y yo condujimos 30 millas o más alrededor de la montaña en los caminos
principales, esperando verlos en cuanto emergieran del bosque. Yo tenía mucho sueño
y Courtney me estuvo sermoneando durante casi 10 millas, así que me baje de la
camioneta y me interne en un camino del bosque.
Asumiendo que los competidores
habían seguido el camino correcto, no parecía ser un plan muy astuto. Pero era
todo lo que teníamos. Courtney estaba alterada y asustada por la idea de perder
a estos chicos. También estaba furiosa con ella misma por no poder hacer que
los competidores pararan en el primer punto de revisión. Teníamos a toda
nuestra gente buscándolos y también estábamos exhaustos. Era un mal escenario.
No teníamos planeado que estos chicos dejaran la reservación. Durante los
primeros 10 años que llevábamos en las carreras, nada como esto había pasado.
Basado en lo lento que podrían ir y lo cansado que estaba su trasero, sentíamos
que no estaríamos buscando durante mucho tiempo a esos chicos.
Ya era tarde, estaba lloviendo y
hacía frío, cuando finalmente avistamos a los marinos, sentados a la orilla del
lago. Estaban hambrientos, sedientos y alucinando. Estuvimos hablando sobre que
les diríamos cuando los halláramos; como hacerlos parar; como convencerlos de
que ya estaban eliminados y que de hecho la carrera había terminado. Courtney
estaba muy aliviada pero también enojada, cuando los vio afloró su instinto de
madre y toda la estrategia planeada se vino abajo. Bajo rápidamente del auto y
corrió directo hacia ellos, su decepción era visible. Ellos probablemente
pensaron que Andy o yo seríamos quienes les gritáramos o les diéramos algún
premio por ser los “más locos”.
Después un chico me dijo que creía que los
recibiríamos con confeti en la línea de meta, cerca del lago. ¿Qué rayos?
Ella les explico que estaban
fuera de ruta y la carrera había terminado y era hora de que entraran al auto
para ir a casa. Les dijo que una tremenda fiesta los estaba esperando – lo cual
era cierto – y era hora de irse. Nadie se movió. Ya había visto esa mirada
vacía en mi antes, y sabiendo que era la última advertencia que les daba,
Courtney – normalmente la persona más dulce que hayas conocido – les grito:
“¡entren al auto ahora!”. “¡Mi esposo y mis amigos han estado buscando sus
egoístas traseros, así que si quieren seguir viviendo, suban al auto ahora!”. Y
así fue como ella lo logró, gritándoles y avergonzándolos, fue la única manera
de convencerlos de que la carrera había terminado.
Caminaron al auto excepto por el
chico sin calzado y cinta adhesiva alrededor de sus pies. Dijo que no le
importaba lo que yo dijera o hiciera. Dijo que había sobrevivido al cáncer y
ahora estaba corriendo por los niños enfermos para mostrarles que pueden vencer
la enfermedad y conseguir grandes cosas en la vida. El también competía para
reunir dinero que ellos necesitaban urgentemente para su tratamiento. El ya no
podía seguir físicamente, pero no se había rendido mentalmente.
Courtney dijo: “Bien, entonces yo
seré tu sombra. Iré contigo. Espero que conozcas verdaderas técnicas de
sobrevivencia porque las vas a necesitar para mantenerme viva durante la noche.
Ahora tendrás que cargar conmigo”. Ella iba en chanclas, shorts de mezclilla, camiseta
y sin prepararse para correr por la montaña, considerando que solo eran unas 18
millas de regreso a Pittsfield.
En este momento, el chico empezó
a ponerse sentimental. Finalmente se trepo al auto con los otros chicos. Casi inmediatamente
se quedaron profundamente dormidos. Courtney condujo hasta encontrarme a mí y
al resto del equipo de búsqueda, y luego regresamos todos juntos. Los
competidores estaban completamente exhaustos pero sin duda podrían haber
seguido, cojeando y arrastrándose por los sucios caminos y el lodo a través de
las montañas sólo porque querían realmente crear nuevos límites para ellos
durante el proceso.
Cuando la gente me escucha decir
“necesitas sufrir” en referencia a la Death Race y el entrenamiento que se necesita
para participar en ella, no me refiero a que tendrás que ser miserable. Me refiero
a que tendrás que cambiar tus expectativas y dejar tu zona de confort. Cuando
obligas a tu cuerpo ir a su límite, cuando te quedas sin respiración y
adolorido, cuando exhausto no te queda otra que arrastrarte por el suelo – esa
es el tipo de experiencia que te enseña lo mal que se pueden poner las cosas.
Pero habiéndolo logrado, cambias el marco de referencia en tu mente y ahora se
convierte en un nuevo estándar. Cuando esa rutina de entrenamiento demandante
se termina, los pequeños percances que ocurren durante el resto del día, no son
nada.
En busca de los
espartanos modernos
La Death Race fue el precursor de
la Spartan Race, la cual es una versión más estructurada de aquel ultra
desafiante evento. Sin embargo, Spartan Race está basado en los mismos
principios. La Death Race es, de hecho, un esfuerzo orquestado cuidadosamente
para forjar cierto tipo de personas. El tipo de persona que podría ser
considerado como el tipo A en la vida cotidiana, pero quien puede usar sus
cualidades al máximo en ciertos contextos y situaciones. “¿cuántas de estas
personas existen en el mundo?” me pregunté a mí mismo. La mayoría de las
personas se desilusionan y, en nuestra sociedad, 99% de la gente busca la forma
fácil de hacer las cosas. Pero ese 1% - ¿qué tiene esa gente que el resto del
mundo no? Pues resulta, que además de
ser duros y poseer una voluntad increíble, tienen la habilidad de retrasar su
gratificación y cambiar constantemente su marco de referencia, dos conceptos
que abordaré a lo largo del libro.
Después de tres o cuatro horas en
la Death Race, todo mundo esta exhausto: el resto de las más de 70 horas es
pura fortaleza de carácter, significa decidir terminar la carrera a pesar de
que cada fibra de tu ser implore que renuncies. La gente en la Death Race no
está en búsqueda de fama o reconocimiento. Lo hacen por sus metas personales.
La fuerza de carácter es hacer algo no placentero o doloroso por un largo período
de tiempo. La gente en la Death Race está bajo presión todo el tiempo. Se
comprometen y cada hora que pasa ellos deciden resistir al dolor que cada vez
es más intenso.
Fisiológicamente, lo que estás
haciendo es resetear el punto de estrés de tu cuerpo. Me refiero a nuestro
mecanismo el cual nos impulsa para pelear o huir cuando estamos escapando de un
león para salvar nuestras vidas, no el que se activa cuando nuestras coles de
Bruselas están ligeramente crudas, ni cuando estamos preocupados porque nuestra
casa no es tan grande como la de ese antiguo compañero de clase con el que
recién nos re-encontramos en Facebook. La forma más fácil de convencer a tu
cuerpo para que tolere el tráfico no es a través de exponerlo regularmente a
ese fenómeno, sino a través de mostrarle a tu cuerpo como se siente el
verdadero estrés, es decir, el que se siente durante tu brutal rutina diaria de
ejercicio.
Cada mañana, siempre me aseguró
de tener mis 60 minutos de dolor – y cuando la rutina termina se liberan todos
los tipos de químicos placenteros, y el resto del día transcurre fácil en
comparación con eso. Periódicamente, necesito ir un paso más allá – tengo que
ampliar los limites absolutos de mi cuerpo. Necesito hacer 10 horas de
bicicleta o correr a media noche con mi amigo Andy. Sé que he realizado un
reseteo exitoso de mi marco de referencia cuando colapso sobre el concreto y
pienso que sentir eso es mejor que un colchón terapéutico.
Cualquier situación a la que me
enfrente el resto del día, no será nada estresante en comparación con mi rutina
de ejercicio. Si soy capaz de realizar una última serie de burpees cuando mis
músculos están exhaustos, de correr un cuarto de milla más cuando mis piernas
están quemándome, entonces puedo manejar fácilmente cualquier obstáculo que se
presente durante el día.
En un maratón o triatlón, sabes
exactamente que sigue. En la Death Race, no sabes que obstáculos y retos se
presentarán conforme avanzas. Esto tiene sus recompensas, incluso mucho tiempo
después de que la carrera ha terminado. Mucha gente se va de la Death Race con
un enorme sentido de propósito. Incluso creo que es mayor que en los maratones
u otros eventos tradicionales de resistencia, porque es más retadora en varios
aspectos.
“Para mí, la carrera es un juego
de cambios”, dice Will Bowden, un competidor de la primera Death Race y quinto
lugar en 2013. “Cualquier situación que te lleve a tus limites mentales,
físicos, o ambos, y te permita decidir si quieres mantenerte cerca de ellos o
cruzarlos y establecer un nuevo límite, siempre cambiará la esencia de tu ser.
La Death Race hace justo eso”.
Mucha gente viene conmigo y me
dice, “tu carrera ha cambiado mi vida, Joe.” Y eso es porque se genera lo que
nosotros llamamos “inmunidad a los obstáculos” – la habilidad de superar
obstáculos inesperados sin necesidad de estresarse demasiado. En términos
científicos, es la habilidad de evitar el acto reflejo de pelear o huir de
alguna situación inesperada, permanecer en calma y poder pensar claramente.
Esta cualidad sirve también como entrenamiento para enseñar al individuo a no
estresarse por obstáculos con los que no está familiarizado. Aquí hay algunos
ejemplos clásicos de inmunidad a los obstáculos utilizada durante miles de
años:
1. Los estoicos de la antigua Grecia
creían que el obstáculo más grande no era la muerte, ni el dolor, ni el
sufrimiento, sino la cobardía. Mediante técnicas de entrenamiento para aceptar
lo que no podían cambiar y ser valientes para enfrentar cualquier obstáculo,
ellos eliminaron su miedo a la muerte.
2. Los monjes tibetanos identificaban
la falta de control de la mente como el mayor obstáculo. Así que los monjes
pasaban días enteros haciendo pinturas de mándalas de arena, y cuando
terminaban, barrían todo con una escoba. No se trata del destino; se trata del
viaje y del proceso que nos da la oportunidad de practicar nuestra conciencia,
concentración y control.
3. Los estudiantes de Kung Fu deben
vencer el obstáculo de la fatiga. Así que el maestro hace que sus estudiantes
carguen rieles de tren a la cima de la montaña y luego de regreso. No es una
tarea muy productiva, pero a los estudiantes ya no se les dificultará correr
montaña arriba, ya que solo lo harán cargando su propio peso.
4. El entrenador de Michael Phelps
Bob Bowman identifico grandes e imprevistos retos que podría causar que sus
atletas perdieran la concentración. Así que Bowman preparó a Phelps para las
olimpiadas pasando por él (diciendo que era tarde) para ir a una reunión, así
que Phelps no pudo comer; o rompiendo sus gogles antes del entrenamiento,
provocando que se llenaran de agua mientras nadaba. Cuando los gogles de Phelps
se rompieron durante las olimpiadas de 2012, él fue capaz de ganar el oro a
pesar de ello.
No importa que sueños tenga una
persona, atleta o no, se encontrarán obstáculos durante todo el camino. Cuando
preguntas a la gente que quieren en la vida, obtendrás diferentes respuestas. La
vida perfecta para un hombre de 30 años en las calles de Tailandia será
diferente a la vida perfecta para un hombre de 60 años en un bote en los
Hamptons. Cualquier idea de “buena vida” es dudosa. En algún punto de la vida
nos encontraremos con dolor y decepción. Un familiar morirá inesperadamente.
Algún amigo nos traicionará. Perderemos dinero. Como dicen por ahí, las cosas
pasan.
¿Así que la Death Race es ruda,
cierto? Es algo intimidante. Pero si te comprometes y perseveras, te las
ingeniarás para sobrevivir. Y todo lo demás en la vida, parecerá
insignificante. Podrías estar usando un bonito traje o vestido para ir a
trabajar y empieza a llover. No pasa nada. O tu café está muy frío, o tu auto
no arrancó en la mañana, o los niños están gritando. Ya nada será tan difícil
nunca más, porque ya posees la inmunidad a los obstáculos. Te empiezas a sentir
mejor contigo mismo. Tienes más confianza. Empiezas a contagiarlo. Es un evento
que te cambia la vida.
En cualquier Death Race
encontrarás atletas elite, olímpicos, marinos, jugadores de futbol, luchares
greco-romanos y otros especímenes. No importa a que se dediquen en otros
aspectos de la vida, nosotros siempre los inspiramos para alcanzar un nuevo
nivel. Por ello, los correos electrónicos giran en torno al mismo tema:
“cambiaste mi vida, fue increíble”. No es que hayan ganado la lotería y les
demos 40 millones de dólares. No es que les hayamos dado una esposa hermosa. O
no es que les hayamos dado de repente unos hijos grandiosos. Todo lo que
hicimos fue hacer que probarán la esencia de ser humano.
Nosotros recibimos algo a cambio:
inspiración. “Iniciamos la Death Race para encontrar gente con las cual
congeniáramos”, explica Andy. “Queríamos rodearnos de gente que nos inspirará.
La gente que nos inspira por lo general, es aquella que no renuncia, que no
desiste, que no toma el camino fácil. Cada uno de nosotros podemos ser una de
esas personas si así lo queremos. Tiempo de sacrificio ahora para obtener más
tiempo después”.
La línea espartana
de inicio
Debido a su naturaleza extrema,
la Death Race está abierta solo a los atletas elite que tienen el tiempo para
entrenar extensamente. Pero qué pasa con la mayoría de la población que no tiene
ese tiempo. Así que decidimos crear una versión más accesible, que permitiera a
un millón o más personas experimentar una carrera extenuante, delirante,
extrema, llena de aventura y demandante
de resistencia, que de otra forma no sería posible que lo experimentarán.
Spartan Race incluye elementos de la Death Race, pero fue necesario
estandarizarlos y adecuarlos para que la gente común y corriente pudiera
participar, pero también que fuera atractiva para atletas y competidores
serios. Así que con eso en mente creamos un movimiento fitness mundial que
cambiaría al mundo para bien.
El concepto inicial fue bastante
confuso, lo único claro era que debía ser una carrera que incluyera obstáculos
naturales y algunos fabricados por el hombre para probar la fortaleza física y mental
de los competidores. Podría incluir tierra seca, agua, lodo e incluso fuego. El
diseño final de la carrera fue determinado por obstáculos o retos que un humano
debía ser capaz de realizar, ya que han sido realizados durante milenios. En
resumen, el trayecto debía ser funcional, no debía requerir equipo especial –
más que el corazón y el ADN que te hace sobrevivir y superarte.
Al principio no sabíamos cómo
nombrar la carrera. Recuerdo que estaba sentado en la cocina de nuestra granja
con Andy, Courtney y otros asociados, proponiendo docenas de nombres. Todos se
quedaban cortos. El nombre debía decirlo todo, debía generar una emoción
visceral cuando se dijera en público y también tenía que escucharse serio.
Recordé una de mis clases de
historia, donde aprendimos sobre los espartanos de la antigua Grecia. Las
historias sobre estos guerreros resonaron en mí y se quedaron conmigo para
siempre.
“Vamos a llamarla Spartan Race”,
dije.
Todos se quedaron callados. No
había opiniones de desagrado, no había necesidad de debate. Así fue como
nuestro nombre se creó, debido a que los Spartans parecían personificar todo lo
que buscábamos. Ellos eran fuertes, valientes, ciudadanos ingeniosos que no eran
tolerantes con la mediocridad. Fueron conocidos por su habilidad para derrotar
a pueblos y ejércitos más grandes debido a su fuerza de voluntad. Se
concentraron en la mente y el cuerpo por igual.
También nos gustó que datan de la
antigüedad, ya que mucha de nuestra filosofía se rebela contra la sociedad
moderna remontándonos a tiempos simples donde podías aventurarte en el bosque
sin un sistema GPS que te guiará, trazar tu propio camino en vez de seguir los
atajos de otros e iniciar el día sin una taza de café de Starbucks. Andy decía,
¿estas teniendo un mal día? Imagina que fuera como en Thermopila.
La organización de este deporte,
empresa, o como quieras llamarle empezó a tomar forma. Suplique a viejos amigos
de Queens, a miembros de la familia, a cualquiera que conocía para que ayudará
a expandir la idea de que existía una forma más fácil y mejor estructurada que
la Death Race. Algo en lo que todo mundo podía competir. Algo que se podía
convertir en un evento olímpico. Empezamos a decirle a cualquiera que estuviera
escuchando: “Solo inscríbete. No te preocupes si estas en buena forma”.
Empezamos a notar que las
personas que se inscribían a la Spartan Race, empezaban a entrenar muy duro.
Estaban motivados por terminar la carrera, así que empezaron a exigirse cada
vez más en sus rutinas de entrenamiento. Es normal entrenar muy duro antes de
un evento, como ellos hacían. Y cuando se presentaron al evento, estaban en la
forma que esperaban, así que fueron capaces de cruzar la línea de meta junto
con todos los demás. También encontraron más amigos que compartían su
mentalidad fitness.
Puedes pensar que esto fue muy
loco… pero imagina si todo mundo iniciara haciendo esto.
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